Luis Fernando González Seijas, ex guardia de honor presidencial y ex escolta del conductor de TV chavista Mario Silva García, es uno de los cuatro funcionarios que presuntamente recibieron la orden de asesinar al diputado Tomás Guanipa, secretario general de Primero Justicia(partido de Henrique Capriles) y diputado de la Asamblea Nacional, en 2017.
González Seijas, que se encuentra en el exilio para resguardar su vida, aseguró en exclusiva para El Nacional Web que el jefe de seguridad de Mario Silva fue quien le ordenó asesinar a Guanipa.
“Mi jefe en ese momento era Mario Silva García. Vergaras Coro, su jefe de seguridad, fue quien nos dio la orden de matar a Guanipa”, afirmó.
Silva García, ex jefe directo de González Seijas, es miembro del Partido Socialista Unido de Venezuela y conductor de La Hojilla, programa que se transmite por Venezolana de Televisión.
Según González Seijas, antes de recibir la orden, el 5 de octubre de 2017, a los cuatro funcionarios se les pidió que investigaran las finanzas del político. En la averiguación no encontraron nada para incriminar a Guanipa.
“El deber del militar es obedecer y cumplir. A nosotros nos mandaron a investigar las finanzas de Guanipa y al día siguiente de haber entregado a Vergaras Coro el resultado de la búsqueda, nos reunieron y nos dieron la orden de asesinarlo”, indicó.
Explicó que durante el proceso de investigación, un auditor de la Dirección de Investigaciones Estratégicas del Servicio Bolivariano de Inteligencia (Sebin) constató que el político de Primero Justicia no estaba involucrado en hechos de corrupción.
El ex guardia de honor presidencial agregó que los cuatro funcionarios decidieron no acatar la orden de asesinato, sabiendo lo que eso significaba para ellos y para sus familiares, por lo que González Seijas responsabiliza al gobierno nacional, a Mario Silva García y a Vergaras Coro de lo que pueda sucederle a él y a cualquiera de sus familiares.
“Nunca fue una opción matar a Guanipa. Por un lado, suponíamos lo que implicaba que no cumpliéramos la orden. Pero si lo intentábamos y fallábamos iba a ser mucho peor para nosotros”, acotó.
A los funcionarios, que nunca habían recibido una orden así, no se les indicó el porqué de esta. Sin embargo, González Seijas, que trabajó con Silva desde enero de 2016 hasta el 15 de diciembre de 2017, presume que era un favor para alguien.
Una vez que acabó el plazo de un mes que les otorgaron para asesinar al dirigente de Primero Justicia, indicó González Seijas, ultimaron a uno de los compañeros del ex guardia. A los dos días, mataron a los otros dos funcionarios que pertenecían a su escuadrón, por lo que González Seijas presumió que iba a correr con la misma suerte.
“Yo salí de Caracas el 15 de diciembre de 2017 por lo que pasó con mis compañeros. Primero asesinaron a uno y a los dos días murieron los otros dos”, contó.
Señaló que los asesinatos de sus compañeros no fueron investigados por ningún organismo y que no se realizaron los reportes forenses para determinar las causas de las muertes.
González Seijas abandonó la capital por temor a que el Sebin lo asesinara y se estableció en San Cristóbal, estado Táchira, porque un ex compañero de la Guardia de Honor le confirmó que a él también lo iban a asesinar por no haber cumplido con la orden.
Cuando se instaló en San Cristóbal, a pesar de no sentirse perseguido o vigilado, decidió cruzar la frontera hacia Colombia por la presencia de presuntos colectivos dirigidos por el conductor de La Hojilla cerca del lugar donde se ubicaba.
“No me sentía perseguido, pero cerca de donde yo estaba había una comandancia de colectivos que son dirigidos por Mario Silva García, por eso me fui a Colombia”, dijo.
Pudo cruzar a Colombia utilizando el carnet de movilidad fronteriza que otorga el gobierno de ese país, pues en Venezuela se le impidió obtener nuevamente un pasaporte.
González Seijas llegó a Cúcuta el 20 de enero y durmió durante cuatro noches en las canchas que albergan al reconocido “Hotel Caracas”, en el barrio Sevilla.
Allí, conoció a un sacerdote que lo orientó sobre el proceso de refugio del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. El ex escolta aún espera que la Cancillería de Colombia apruebe su solicitud de asilo.
Reconoció que la estadía en Colombia no ha sido fácil, pues conseguir trabajo es complicado y solo cuenta con la ayuda de un amigo y de La Pastoral Social mientras recibe la respuesta de la Cancillería.
El venezolano habló por primera vez sobre el caso en un reportaje llamado El Puente de la Esperanza, realizado por el periodista italiano Giovanni Bocco para la Radiodifusión Pública de Italia (Rai).
Expresó que en Cúcuta insistió a Bocco para contar esta historia porque desea un cambio en Venezuela.
“Me atreví a contar esto por mi familia, porque quiero un cambio para mi país, porque pienso que la muerte de mis compañeros no puede quedar impune. Espero que algún día podamos ponerle los ganchos a quienes perpetraron estos actos en contra de mis compañeros”, expresó.
Fuente: El Nacional, GDA