Los tres rehenes que el Ejército israelí mató ayer por error en una “intensa zona de combate” en Shujaiya, a las afueras de ciudad de Gaza, “iban sin camiseta y llevaban una bandera blanca improvisada”, confirmó este sábado un portavoz militar.
“Los terroristas se mueven vestidos de civil, en zapatillas y jeans, hay muchas emboscadas. Tratan de engañarnos, nos hablan en hebreo (...) Las fuerzas están bajo intensa presión”, indicó el portavoz para medios extranjeros del Ejército israelí, Richard Hetch, sobre el accidente.
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El portavoz explicó que los rehenes aparecieron en medio de la zona de combate, a pocas decenas de metros de uno de los soldados israelíes, quien los identificó como figuras sospechosas, “se sitió amenazado y abrió fuego contra ellos”.
“Dos mueren inmediatamente, uno resulta herido y regresa corriendo al edificio. Entonces escucharon un grito de ira. Oyeron como pedía ayuda claramente en hebreo. Entonces el comandante del batallón emitió una orden de alto el fuego”, relató Hetch.
Sin embargo, se produjo otro lanzamiento de fuego hacia esa persona, que era el tercer rehén que finalmente murió, un incidente que “viola las normas de combate” del Ejército israelí, aclaró el portavoz.
El portavoz insistió es que todas estas informaciones de momento son preliminares y que ya está en marcha una investigación “al más alto nivel” sobre ese “trágico accidente”, por lo que más detalles saldrán a la luz en los próximos días.
Hetch también informó de que cerca del lugar del accidente, en el barrio de Shujaiya -uno de los bastiones del grupo islamista Hamás-, a unos cientos de metros, se ha encontrado un edificio con un cartel con las letras SOS en la fachada.
“Estamos investigando si hay alguna conexión entre el edificio y el paradero de los rehenes. Vamos a escanear el área y todas las estructuras”, explicó.
Los rehenes fallecidos ayer son Yotam Jaim, un músico de 28 años, y Alon Lulu Shamriz, un estudiante de informática de 26 años, ambos secuestrados durante el ataque del 7 de octubre en el kibutz de Kfar Aza; además de Samer Fuad al Talalka, un ciudadano beduino israelí de 25 años, natural de Hura, que fue tomado cautivo en el restaurante familiar cerca del kibutz Nir Am en el que trabajaba.
De las más de 240 personas que Hamás secuestró en suelo israelí durante el ataque del 7 de octubre, todavía quedan 129 rehenes, de los que alrededor de una veintena se cree están muertos.
Las autoridades israelíes anunciaron también ayer que habían rescatado los cadáveres de tres rehenes que Hamás capturó vivos, el civil francés-israelí Elia Toledano; y los soldados Nik Beizer y Ron Sherman.
“Junto con toda la nación de Israel, inclino mi cabeza con profundo dolor y lamento la caída de tres de nuestros queridos hijos que fueron secuestrados”, afirmó el primer ministro, Benjamín Netanyahu, en un mensaje de condolencias a las familias.
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