Iraq, Agencias
Un bebe yazidí, de aproximadamente un año, fue encontrado por combatientes kurdos en el desierto de Iraq solo moribundo y deshidratado, y trasladado a un hospital local.
El pequeño, que estuvo sometido al intenso sol y temperaturas superiores a los 50°C, tiene la mitad del cuerpo paralizado y habría quedado ciego luego de que sus córneas se secaran.
Los médicos encargados aún desconocen el tiempo que el niño estuvo expuesto a las extremas condiciones y si habría sido abandonado o sus padres asesinados por los extremistas del Estado Islámico.
Si bien los esfuerzos conjuntos entre Estados Unidos, Iraq y las fuerzas kurdas parecen haber debilitado al Estado Islámico, su presencia en la frontera de Iraq y Siria aún es sólida y eso se refleja en las más de 200 mil personas que huyen de su alcance.
Sus víctimas principales son yazidíes -denominados "adoradores del diablo" por los extremistas- y cristianos, porque su religión contrasta drásticamente con el riguroso islamismo que ellos intentan imponer. Es por eso que si uno de ellos cae en manos de los yihadistas, es víctima de macabros asesinatos y torturas. Ejecuciones en masa, secuestros de mujeres y niños o sepulturas en fosas comunes son algunos de los castigos que los islamistas imponen a sus víctimas.