Este sábado se conoció que el Estado Islámico, más conocido como ISIS, mató a 270 soldados, guardias y empleados al tomarse un yacimiento de gas en la provincia de Homs, en Siria. Pero eso no es lo único que ha estado haciendo en su renovada campaña en el país donde surgió.
Michael Stephens, director del Royal United Services Institute (RUSI) -un foro profesional de defensa y seguridad- en Qatar y Sofía Barbarani, periodista basada en el Kurdistán iraquí, escriben para la BBC sobre los renovados ataques con poderosas armas que ahora preocupan hasta a Turquía.
El Estado Islámico, más conocido como ISIS, puede ser muchas cosas, pero no tonto.
Mientras la atención internacional está enfocada en la desintegración de Irak y la expansión del llamado califato de Abu Bakr al Baghdadi, los insurgentes sunitas trasladaron su ofensiva de nuevo a Siria con su recientemente adquirido botín de armas hechas en Estados Unidos y dinero.
Amortiguado por la impunidad que les ofrece la más bien indiferente comunidad internacional y la incapacidad de los ejércitos de Siria e Irak de vencerlos, el más reciente avance de ISIS en Siria ha desestabilizado aún más la ya frágil dinámica en la región.
Mientras Bashar al Asad se coronaba como el líder sirio por otros siete años, ISIS se burlaba de la promesa del presidente de "no dejar de luchar contra el terrorismo y atacarlo donde sea hasta que se restaure la seguridad en todos los lugares de Siria".
Además de ISIS, los kurdos sirios también han estado estableciendo sus propios cantones de autonomía, respaldados por su milicia, las Unidades de Protección del Pueblo (UPP). Pero a medida que su control sobre las áreas kurdas de Siria se ha fortalecido, han entrado en un conflicto feroz con ISIS.
MÁS POTENCIA
Mientras que en el vecino Irak la región kurda se mantiene en gran medida aislada de las violentas operaciones de conquista de tierra de ISIS, los aproximadamente dos millones de kurdos sirios han cargado con el peso de la expansión del califato declarado a fines de junio.
El 2 de julio, los militantes de ISIS atacaron las poblaciones al oeste de la región de Kobane, en la provincia de Alepo.
La población de Kobane es mayoritariamente kurda y fue capturada por las UPP en julio de 2012, para después ser declarada como un cantón autónomo por el Partido de Unidad Democrática.
Aunque ésta no era la primera vez que ISIS intentaba asimilar a Kobane al territorio bajo su control, los ataques que aún continúan son notables por la asombrosa mejoría de las armas que están usando contra las fuerzas kurdas.
En una demostración simbólica de la nueva realidad regional desde la captura de la ciudad norteña iraquí de Mosul el mes pasado, ISIS ha estado usando las armas que le quitó al ejército iraquí en su exitosa toma de poder de grandes extensiones del país, incluyendo unos 1.500 Humvees, algunos armados con misiles TOW, varios obuses y armas de precisión.
"Los ataques de ISIS han alcanzado un nivel crítico tras la reciente adquisición de artillería pesada", advirtió la presidencia de tres cantones kurdos en Siria.
"ARMA QUÍMICA"
Aunque las UPP acusan a ISIS de usar agentes químicos en los ataques recientes en Kobane -que supuestamente consiguieron en la fábrica de armas químicas de Muthanna, cerca a Bagdad- la legitimidad de la evidencia fotográfica y médica que entregaron las fuerzas kurdas aún no ha sido confirmada por los actores internacionales.
Estados Unidos le ha restado importancia a la toma de la instalación en Muthanna el 8 de julio, alegando que las armas ya no estaban intactas y que sería imposible usarlas.
"Las armas químicas han sido usadas, tomamos muestras para pruebas en Diyarbakir. Es un tipo de arma química... pero no estamos seguros con exactitud", declaró el líder de las UPP, Salih Muslim.
El vocero de las UPP, Redur Xalil, llamó a la comunidad internacional a "intervenir inmediatamente y a cumplir con su deber con Kobane", en un intento por alertar al mundo de la batalla de la que nadie habla contra los kurdos sirios.
La aguda reactivación de la violencia en Siria ha sido causa de alarma, particularmente en la vecina Turquía, que tiene razones para preocuparse por la creciente militarización en las áreas kurdas, con las UPP luchando para contener al envalentonado ISIS.
"Sabemos que unos 400 kurdos turcos están peleando con nosotros en Siria contra ISIS", dijo Muslim. "Es muy difícil. No tenemos suficientes armas y nuestras granadas propulsadas por cohetes nos son efectivas contra los tanques de ISIS".
Turquía enfrenta un dilema, pues las UPP han estado estrechamente vinculadas a su viejo enemigo, el Partido de los Trabajadores de Kurdistán; pero son ellas las que ahora están impidiendo que la fuerza militante islamista desestabilice las regiones de su propia frontera.
Según Aaron Stein, experto en Turquía y miembro asociado del Real Instituto de Servicios Unidos, "no está claro cuál es la política de Ankara. El surgimiento de ISIS les ha cambiado el terreno de juego".
"Pero no he visto ninguna evidencia aún de que Turquía esté apoyando a ISIS contra las UPP. Toda la evidencia que he descubierto indica que no los están apoyando directamente".
Lo que Turquía decida tendrá un impacto enorme en la dirección del conflicto en Siria.
Ninguno de los tres protagonistas -el gobierno sirio, ISIS o las UPP- son particularmente atractivos para Ankara, pero tiene que escoger.
Puede ser que tenga que reconocer la división de facto de Siria en tres estructuras gobernantes y decidir que prevenir la radicalización de los kurdos que luchan contra ISIS es su prioridad.
A medida que el conflicto en Siria se calienta, atizado por Irak, Turquía puede llegar a jugar una partida doble en la que apoya a los kurdos pero sólo lo justo para asegurarse de que pierdan.
En cualquier caso, lo que sí es seguro es que habrá más guerra.