¿Qué les promete el Estado Islámico a las mujeres que recluta?
¿Qué les promete el Estado Islámico a las mujeres que recluta?
Redacción EC

Beirut. Lejos de las imágenes monstruosas de decapitación o lapidación, el grupo propone trabajo, aventuras y hasta amor a las reclutas occidentales que se unen a su "califato" a caballo entre Siria e Iraq.

"El Estado Islámico vende la utopía islamista" a hombres y mujeres jóvenes, explica Lina Jatib, directora del Centro Carnegie para Medio Oriente, basado en Beirut.

"Les hace creer que pueden desempeñar un papel importante en el único Estado Islámico del mundo", agrega.

Utilizando técnicas sofisticadas de reclutamiento, los yihadistas atrajeron a centenares de occidentales al califato, un territorio más extenso que Jordania o Túnez y mayoritariamente desértico, donde viven seis millones de personas.

Su propaganda iba dirigida al principio a hombres jóvenes, para ampliar los rangos de los combatientes.

Se extendió progresivamente a las jóvenes, como demuestra la partida en febrero de Londres de tres adolescentes británicas, con destino Siria.

Los expertos estiman en 3.000, entre ellos 550 mujeres, el número de occidentales en el autoproclamado califato del Estado Islámico.

Aunque algunos se muestran conmocionados por lo que descubren sobre el terreno, para ellos ya es demasiado tarde. No hay boleto de vuelta.

En el caso de las tres británicas, una de ellas parece haber estado en contacto con Aqsa Mahmood, una joven que habría partido el año pasado de Glasgow (Escocia) hacia Siria, donde se casó con un yihadista.

El blog en inglés de Mahmood, titulado "El diario de Mujaira" (el diario de una emigrante), se ha convertido en uno de los principales instrumentos de la propaganda femenina del Estado Islámico.

"Aquí no hay que pagar alquiler. Las casas son gratis. No pagamos el agua ni la electricidad. Además, cada mes recibimos un paquete de comida, con espaguetis, pasta, latas de conserva, arroz, huevos", escribe la joven mujer.

El Estado Islámico, añade, ofrece empleo, sobre todo en el ámbito de la educación y la salud para las mujeres que quieren trabajar.

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HASTA QUE EL MARTIRIO NOS SEPARE

El matrimonio es valorado en el califato. Según Mahmood, el esposo yihadista goza de siete días de vacaciones para celebrar la boda. Las esposas pueden elegir su dote, pero, en vez de joyas, prefieren a menudo un kalashnikov.

"Los recién casados reciben 700 dólares (...) hay disparos al aire para celebrar la boda y numerosos Takbir", el célebre "Alá Akbar" (Alá es grande), explica.

En su blog figura una instantánea de un combatiente barbudo y de su joven esposa vestida de blanco con el pie de foto: "Hasta que el martirio nos separe".

Al responder a una joven dudosa ante la idea de abandonar a su novio para partir a Siria, la reclutadora la tranquiliza: "Te aseguro que un día alguien te abrazará tan fuertemente que recompondrá tu corazón roto. Sí, tendrás un esposo halal", conforme a la ley islámica.

El Estado Islámico posee otros instrumentos de seducción, como la revista anglófona en línea Dabiq. "Hay muchas casas y ventajas materiales para satisfacerte, a ti y a tu familia", asegura la publicación. Según responsables iraquíes, el Estado Islámico reparte entre sus combatientes las casas abandonadas por los habitantes que huyeron del horror yihadista.

En la sección ofertas de trabajo, Dabiq dice que se buscan "jueces, personas con conocimientos militares o administrativos, médicos e ingenieros".

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"UN PROYECTO VACÍO"

La investigadora Lina Jatib está convencida de que los propagandistas como Mahmood actúan bajo la supervisión del Estado Islámico. Esta bloguera "existe realmente, no hay ninguna duda que es controlada por el Estado Islámico", dice.

"Las chicas que se unen a esta organización buscan aventuras (...) y algunas se proyectan en un mundo imaginario, soñando casarse con un combatiente", asegura por su parte Hasan Hasan, autor del libro: "Estado Islámico: en el interior del ejército del terror".

Pero una vez su sueño se desvanece, muchas reclutas se dan cuenta de que zafarse de los tentáculos del Estado Islámico puede costarles la vida.

Más de 120 personas habrían muerto entre octubre y diciembre pasados tratando de escapar de los territorios del Estado Islámico, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

"Interrogué a dos jóvenes que lograron volver. Estaban amargados y tenían la sensación de que los habían timado", asegura Jatib. En vez de la "utopía" prometida por el Estado Islámico, habían descubierto un lugar regido por la "opresión y la prohibición de reflexionar".

"Tenían la sensación de haberse embarcado en un proyecto vacío", apunta.

Fuente: AFP

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