(Foto: Archivo El Comercio)
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Néstor Popolizio

La integración regional genera beneficios concretos para la población y nos abre el camino para expandir el comercio y las inversiones e insertarnos de esa forma a las cadenas de producción globales.

Dentro de esa perspectiva, la Alianza del Pacífico es el proceso de integración más dinámico en América Latina. Hoy cumple siete años de existencia. El 28 de abril del 2011 se reunieron en Lima los presidentes de Chile, Colombia, México y el Perú para crearla sobre la base de las visiones comunes en cuanto a dos pilares fundamentales. El primero es el respeto a la democracia y el Estado de derecho. El segundo, la promoción de la economía de mercado y el libre comercio.  

La Alianza del Pacífico fue una propuesta de nuestro país cuyo objetivo principal es impulsar el bienestar de la ciudadanía mediante la estrecha cooperación del sector privado con los gobiernos de los países miembros para crear un área de integración real, con libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas. 

Esta alianza ha facilitado el incremento del intercambio comercial entre sus miembros, pero aún resta la tarea de aumentarlo en proporciones más significativas. En cambio, la integración bursátil, con la creación del Mercado Integrado Latinoamericano (MILA), es más bien un logro inédito en el resto de la región. Además de ello, la Alianza del Pacífico ha conseguido la exoneración de visas de negocios y turismo y ha implementado una plataforma de movilidad estudiantil y académica que ya ha otorgado más de 1.800 becas de pregrado, posgrado y docencia. La meta específica es que el proceso de integración ofrezca mayores oportunidades efectivas de progreso para sus ciudadanos

La proyección internacional de la Alianza del Pacífico se expresa por la relación con más de medio centenar de estados observadores y bloques regionales. Algunos de ellos son la Unión Europea, el Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), Mercosur y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN).  

Hoy, la alianza se encuentra inmersa en negociaciones con Australia, Canadá, Nueva Zelanda y Singapur para alcanzar acuerdos de comercio e inversión de altos estándares, con miras a que sean estados asociados de la Alianza del Pacífico. La cooperación con los 52 estados observadores provee oportunidades para impulsar la facilitación comercial, la educación, el desarrollo de las pequeñas y medianas empresas, y la investigación en ciencia, tecnología e innovación.  

La Alianza del Pacífico, en suma, se ha convertido en una herramienta imprescindible para contribuir al desarrollo de nuestros países. El Perú asumirá en julio próximo su presidencia anual. El compromiso del Gobierno Peruano será concentrar los esfuerzos del proceso de integración en la mejora del nivel de vida de nuestros ciudadanos mediante la expansión de sus beneficios concretos.