Steve Johnson
Columnista
Financial Times. El concepto de los BRIC —basado en la creencia de que el cuarteto de Brasil, Rusia, India y China podría alimentar una ola imparable de crecimiento económico liderada por los mercados emergentes— acaparó el firmamento durante más de una década después de que Jim O’Neill, entonces economista jefe de Goldman Sachs, acuñó el término en el 2001.
Pero las profundas recesiones en Brasil y Rusia han asestado un golpe tan fuerte a la hipótesis de los BRIC que, incluso Goldman, a finales del año pasado, cerró su fondo BRIC, después de que los activos disminuyeron a US$100 millones, desde un máximo de más de US$800 millones a finales del 2010.
En su lugar, los gestores de fondos de mercado emergente parecen haber tropezado con su posible sucesor: los TICK, con las economías centradas en tecnología de Taiwán y Corea del Sur, dejando de lado a las economías centradas en productos básicos de Brasil y Rusia.
Aparte del simpático acrónimo, la realineación nos dice mucho acerca de la naturaleza cambiante de los mercados emergentes —y el mundo en general— donde los servicios, en particular la tecnología, han tomado la delantera, y el comercio de bienes físicos, especialmente los productos básicos, están en repliegue. “Los BRIC ya no son el motor del crecimiento de los mercados emergentes. Hay un nuevo orden”, dice Steven Holden, fundador de Copley Fund Research, que monitorea 120 fondos de capital con activos combinados de US$230 mil millones en mercados emergentes. “La tecnología impera y uno invierte en el consumidor al invertir en los mercados emergentes ahora. No creo que suficientes personas sean conscientes de la nueva historia de los mercados emergentes. Piensan en Brasil, Rusia, los materiales, las grandes empresas de energía.
Eso ha cambiado enormemente”, apunta Holden.
Richard Sneller, jefe de acciones de mercados emergentes en Baillie Gifford, cuya EM Growth y EM Leading Companies [fondos] invierten 45% - 50% de sus US$10 mil millones - US$15 mil millones de activos en empresas de tecnología, agrega: “En muchos mercados emergentes la velocidad con la que los consumidores jóvenes se están adaptando a los cambios tecnológicos, en ámbitos como el comercio electrónico y las compras en línea, es mucho más rápida que en EE.UU”.
“Las tendencias que esperamos surgirían hace 15 o 20 años han llegado a generar flujos de caja significativos”, sostiene.
Luke Richdale, director de cartera de clientes para mercados emergentes de JP Morgan Asset Management, que administra US$70 mil millones en los mercados emergentes y de renta variable de Asia-Pacífico, dice: “La tecnología avanza a pasos agigantados en China. Hay modelos en Occidente —ladrillos y cemento, etc.— que simplemente no van a suceder allí”.
Según los datos de Copley, el fondo de capital promedio de mercados emergentes ahora tiene una ponderación de casi un 54% hacia los TICK, por encima del 40% en abril del 2013, mientras que la ponderación de los BRIC se ha mantenido cerca de 40%, a pesar de un fuerte aumento del índice de ponderación de China.
A partir de diciembre, el 63% de los fondos tenía por lo menos 50% de sus activos invertidos en los TICK, mientras que solo el 10% tenía una alta exposición a los BRIC.
El fondo de capital promedio de mercados emergentes tiene ahora tanta exposición a la industria de tecnología de información (TI) de China como al sector financiero del país, a raíz de un fuerte aumento de las tenencias de alta tecnología en los últimos tres años.
La tendencia se incrementó fuertemente a finales del año pasado, cuando MSCI amplió su Índice de Mercados Emergentes para incluir a las empresas cotizadas en el extranjero, añadiendo a Alibaba, Baidu y Netease [cotizadas en Nueva York] al índice junto a pesos pesados existentes, como Tencent.
Asimismo, las dos acciones más comunes entre los 120 fondos monitoreados por Copley son el fabricante de chips taiwanés TSMC y Samsung Electronics de Corea.
Hasta cierto punto, la compra de fondos de los TICK y las acciones tecnológicas reflejan sus crecientes ponderaciones en el índice MSCI, sobre todo porque muchos materiales básicos y empresas de energía han sufrido fuertes caídas en capitalización de mercado debido a la derrota de los productos básicos. Los cuatro TICK tienen ahora una ponderación combinada de 62,4%.
Una pregunta sin respuesta es si esta tendencia refleja un cambio estructural subyacente o si es puramente cíclica, donde las ponderaciones de sectores como TI y acciones de consumidores incrementan mientras que las empresas relacionadas con materias primas retroceden.
Taiwán tenía la mayor ponderación en el Índice MSCI EM durante el ‘boom’ de las puntocom de la década del 2000, antes del inicio del ciclo de las materias primas. Brasil, que lideró ese fenó- meno, ha visto la caída de su ponderación de un pico de 17,6% en junio del 2008 a apenas 5,2%.
Sneller acepta que hay un elemento cíclico en algunas de las acciones tradicionales orientadas al consumidor que le gustan en este momento, las cuales estuvieron de moda en la década del 90, antes de la crisis financiera asiática.
No obstante, cree que los factores estructurales también están en juego con, por ejemplo, las probabilidades de que las compras en línea sean mucho más dominantes en China que, por decir, en EE.UU. “Los chinos valoran mucho su tiempo”, sostiene Sneller. “¿Por qué perderías tiempo paseando por un centro comercial de segundo grado en una ciudad de tercer nivel en China cuando puedes hacerlo en línea en una fracción del tiempo?”.
Cualquiera que sea la verdad, la rotación del índice MSCI de industrias primarias hacia la tecnología plantea una pregunta de por qué las acciones de los mercados emergentes todavía están siendo impulsadas por los productos básicos.