Lo que hay que hacer con las extorsiones

César Bazán Seminario

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César Bazán Seminario

Medidas urgentes y necesarias

Nicolás Zevallos Trigoso

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Nicolás Zevallos Trigoso

La es un fenómeno criminal que está en crecimiento en el Perú. Según información del INEI, la victimización por extorsión (y secuestro) aumentó en un 50% en los últimos dos años, a la par que la sensación de inseguridad por este delito varió del 22,4% al 32,3% desde enero del 2022 hasta la fecha. Frente a este panorama, las empresas de transporte salieron a protestar y paralizaron el servicio.

¿Cómo lo enfrentamos? La respuesta no es sencilla. La opinión pública y los grupos de poder deben forzar a que el Gobierno priorice el problema y ponga en práctica medidas efectivas. Las propuestas populistas de siempre deben estar vedadas: estado de emergencia, pena de muerte, eliminación de beneficios penitenciarios. Se ha demostrado que medidas como esas no son más que fuegos artificiales. La exigencia que ha hecho la policía de que las empresas aumenten la cantidad de denuncias solo tiene sentido si va acompañada de mayor protección. De lo contrario, se está enviando a la empresa y sus trabajadores a un sacrificio innecesario.

Las respuestas efectivas contra la extorsión tienen un horizonte mayor: hacer que el aparato de prevención, persecución y sanción de delitos funcione. Estamos hablando de palabras gastadas, pero necesarias: reforma policial y reforma del sistema de justicia. Sabiendo que el horizonte es de difícil consecución, corresponde poner en marcha otras medidas: modificar la normativa para que las extorsiones vuelvan a ser consideradas expresión del crimen organizado; generar una isla de eficiencia en la policía; fortalecer las fiscalías y despachos judiciales encargados de juzgar las extorsiones; aumentar el trabajo de inteligencia e investigación. La policía debe ser más proactiva e identificar a las organizaciones criminales para procurar desarticularlas.

Aún estamos a tiempo para reaccionar. En Lima, el 50% de las empresas del rubro son extorsionadas. En otras latitudes se ha llegado a que una empresa de transporte sea extorsionada hasta por cinco organizaciones. En nuestro país debemos poner el freno ahora y no permitir que esto siga avanzando.