"¿Hasta cuándo Cuba y Venezuela?", por Jaime Cáceres
"¿Hasta cuándo Cuba y Venezuela?", por Jaime Cáceres
Redacción EC

JAIME CÁCERES SAYÁN

Ex presidente de la Confederación Nacional de Instituciones Empresariales Privadas (Confiep)

Qué ingenuidad la de tantos al pensar que el régimen de los estaría por terminar pronto. La primera esperanza era que Fidel, el que expropió a todos los cubanos y se convirtió en el nuevo “propietario” de y de la vida de los cubanos desapareciera de circulación. Muchos creímos que si eso sucedía podría producirse una rebelión del sufrido pueblo para evitar que alguien de su entorno lo suceda, pero claro, el imperio del miedo, las amenazas y las purgas al mejor y fiel estilo estalinista lo impidieron. Designó, entonces, a su hermano para continuar el régimen totalitario y opresor que bate el récord al cumplir 55 años ininterrumpidos sin que los propios cubanos ni el mundo haya podido contribuir a que se libren de ellos para que se instaure un régimen democrático.

Parecería que el mundo ya se acostumbró y aceptó que es normal que Cuba sea propiedad de los hermanos Castro; se les recibe en los foros internacionales en igual forma que a los jefes de Estado elegidos libre y democráticamente, y se dan el lujo de organizar en La Habana cumbres de jefes de Estado a las que otros asisten, con honrosas excepciones.

Ya muchos han olvidado cómo fue la revolución castrista, cuántos asesinatos cometieron los Castro, los miles de cubanos que fueron fusilados en el paredón, la pobreza, el atraso y el aislamiento mantenidos durante tantos años, pero principalmente la total falta de libertad.

Se anunció, no hace mucho tiempo con bombos y platillos, la disposición para que algunos ciudadanos puedan salir de Cuba, pero sin vergüenza alguna aclararon que no lo podrían hacer los que sean considerados valiosos, los profesionales, los deportistas, los artistas, etc., porque “hay que preservar el capital humano creado por la revolución”. Los otros, los que consideran que no les sirven, podrían irse, es decir, la mayoría que la educación revolucionaria no fue capaz de educar, esto siempre que tuvieran dinero para obtener un pasaporte, casi una utopía.

Para calmar ánimos y crear falsas expectativas, el régimen dio autorización para comprar y vender automóviles pero a precios tan elevados que nadie podrá acceder jamás, así como otras muy pequeñas “libertades”.

Los Castro siguen burlándose de su pueblo y de cualquier pensante. El encierro y la falta de libertad en la que viven los cubanos es una pena y no parecería haber una solución a corto plazo (algunos dirán que es aun peor...).

No obstante, algunos gobernantes siguen siendo amigos de los Castro. Chávez, entre otros, creía en ellos, era su mejor amigo y fiel admirador, constantemente frecuentaba la isla e intentó seguir sus consejos para inventar la República Bolivariana que ha llevado a la querida Venezuela solamente atraso y pobreza, y todo lo que ello conlleva. Así como Fidel designó a Raúl como sucesor, Chávez designó a su pupilo igualmente izquierdista, , que ha terminado de convertir al país en ingobernable. ¿Estará también ya pensando en su sucesor o esta vez le será impuesto?

La libertad de prensa está ya casi aniquilada o muy poco le falta. Si ella termina, todo habrá terminado, y a la larga, también el régimen de Maduro y de quien lo suceda, si no es uno democrático.

Resulta difícil ayudar desde aquí a los cubanos y venezolanos, pero una fuerte convocatoria de la izquierda peruana y latinoamericana podría ser escuchada. No se trata de dinero, sino de libertad, de democracia y de respeto a los derechos humanos. ¿O será que las dictaduras si son de izquierda si las aprueban? Venezuela ya no da más.