Cultura, modernidad y progreso, por Rochi del Castillo
Cultura, modernidad y progreso, por Rochi del Castillo
Rochi del Castillo

He nacido y pasado gran parte de mi vida en Trujillo. Así, he visto pasar a Chan Chan, la segunda ciudadela de barro más grande del mundo, por once gobiernos carentes de una visión integral y productiva sobre ella. La he visto ser motivo de desencuentros entre ministerios, autoridades y ciudadanos. También ser agredida y humillada por invasiones y destrucción que hacen que sus muros se muestren poco atractivos para recibir iniciativas privadas. La he visto desarrollarse muy lentamente, al punto que hoy solo uno de sus diez palacios está abierto al público. 

Resulta impensable que a poco del bicentenario de nuestra independencia no se haya desarrollado una política cultural con una visión global y moderna, que emplee a la cultura como un mecanismo generador del progreso del país, y que carezcamos de un marco legal integral promotor de industrias culturales y creativas. Estas son industrias que al ser desarrolladas propician el surgimiento de nuevas carreras técnicas, puestos de trabajo y mercados, y permiten lograr una mayor inclusión social al descentralizar y democratizar su acceso.

Corresponde al gobierno, desde los ministerios de Cultura, Turismo, Educación, Producción y Economía, establecer una pronta normativa coordinada de políticas de protección y conservación del patrimonio cultural nacional. Una normativa que no ahuyente a las inversiones privadas y que no se limite a cuidar y mantener su statu quo, sino que fomente la producción de intangibles creativamente y dentro de la ley, a fin de generar valor y, con ello, asegurar la conservación de nuestro patrimonio. 

Para tal fin, podría convocarse –siguiendo el exitoso ejemplo del primer gobierno de Tony Blair en el Reino Unido– una comisión interna que identifique puntos en todo el país y  seleccione un primer grupo de anclas culturales regionales para su inmediata puesta en valor productivo. Asimismo, que trabaje junto a un comité consultivo externo de destacados profesionales en diversas disciplinas que aporten experiencia y conocimiento. A su vez, los gobiernos regionales, locales y representantes institucionales de la sociedad civil han de ser partícipes, facilitando la información y dando seguimiento a su implementación. Y nuestro Congreso debe ser un aliado, pues se trata de avanzar juntos en un esfuerzo concertado.

Para crear hay que sentir, para valorar hay que conocer. Por eso es importante iniciar una campaña que refuerce el sentimiento de todos los peruanos hacia su cultura y patrimonio y, en paralelo, implementar políticas educativas que contemplen la generación de hábitos de consumo culturales, que promuevan vínculos hacia nuestra identidad y patrimonio –sobre todo el arqueológico– desde una etapa de formación temprana.

Llevemos a la práctica la teoría para pronto asistir, por ejemplo, dentro de los espacios permitidos de Chan Chan, a un festival internacional de música en temporada de verano como el que se celebra en el conjunto arqueológico de Empúries en España. Tomemos ejemplos como los espacios de promoción de arte contemporáneo en Inhotim en Brasil o la bienal de arte como la que se celebra en Cuenca, Ecuador. O alojarnos en carpas o domos con servicios de primer nivel y que nuestros hijos participen de campamentos estudiantiles ubicados próximos a zonas arqueológicas, como en Huiracochapampa frente a Marcahuamachuco en La Libertad o en Túcume, Lambayeque. Con el acervo histórico que tiene el Perú, su valioso patrimonio y la inagotable creatividad de su gente las posibilidades son incontables.

En días pasados, el presidente Pedro Pablo Kuczynski dirigió con sentimiento y conocimiento dos orquestas de niños. En los próximos cinco años, sin embargo, llevará la batuta de nuestra cultura viva, de nuestro patrimonio nacional, historia y futuro. El Perú tiene una magnífica oportunidad de lograr un desarrollo sostenible en torno a su patrimonio, generador de progreso hacia la modernidad. Todos debemos sumarnos para lograrlo.