Un niño presencia un episodio de Aprendo en Casa, el programa creado por el Ministerio de Educación para que los escolares del país reciban clases durante la cuarentena. (Foto: GEC).
Un niño presencia un episodio de Aprendo en Casa, el programa creado por el Ministerio de Educación para que los escolares del país reciban clases durante la cuarentena. (Foto: GEC).
/ NUCLEO-FOTOGRAFIA > GIANCARLO AVILA
Marilú Martens

Más allá de cómo termine o de por cuánto tiempo más tenga a millones de ciudadanos confinados, es innegable que el coronavirus (y la enfermedad que produce y que ha matado a más de 460.000 personas en todo el mundo, el COVID-19) cambiará varios aspectos de nuestras vidas, en el corto y mediano plazo y además –es de esperar– de forma definitiva. La importancia de desarrollar valores ciudadanos, de contar con un sistema de salud público de calidad, el valor de la investigación y desarrollo en las sociedades, el teletrabajo o la necesidad de establecer normas sanitarias en actividades que reúnen a multitudes (fiestas, conciertos, espectáculos y hasta mítines de campaña) forman parte de la ‘herencia’ de esta pandemia.

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