Ian Bremmer

Tras la retirada de de la carrera presidencial en y el ascenso de la vicepresidenta al papel de candidata , surge una pregunta crucial: ¿cómo se diferenciaría la política exterior de Harris de la de Biden?

Biden asumió el cargo como el presidente más experimentado en de nuestra generación. Fue miembro del Comité de Relaciones Exteriores del Senado, interviniendo en los debates de seguridad nacional durante décadas, y como vicepresidente encabezó iniciativas diplomáticas claves de la administración de El currículo de Harris antes de ser vicepresidenta (fiscal general de California y senadora), en cambio, es escaso en lo que respecta a política exterior.

Sin embargo, cuatro años como vicepresidenta le han proporcionado un curso intensivo de relaciones internacionales. Ha asistido a la mayoría de las reuniones de Biden con otros jefes de Estado y ha estado presente cuando se tomaron decisiones críticas de seguridad nacional.

A través de la pandemia, la retirada de Estados Unidos de , la invasión rusa de , la guerra en Oriente Medio y numerosas crisis más pequeñas, los aliados y socios de EE.UU. han llegado a verla como una mano firme, capaz y respetada. Pero ¿cómo se compara su visión del mundo y sus preferencias políticas con las de Biden?

Biden, de 81 años, alcanzó la mayoría de edad durante el apogeo de la , y su visión del mundo lo refleja. Ve las relaciones internacionales en términos de blanco y negro, como una lucha entre y en la que EE.UU. es siempre una fuerza para el bien. Por el contrario, Harris, de 59 años, creció en un mundo posterior a la Guerra Fría, donde el mayor desafío a la hegemonía estadounidense fue el fracaso en la defensa de sus ideales en el extranjero. Como fiscal, está inclinada a juzgar a los países por su adhesión al y a las normas internacionales. Estas visiones contrastantes se manifiestan de manera diferente en política.

En cuanto a , la continuidad está asegurada. Biden y Harris están totalmente alineados en comprometerse con Beijing siempre que sea posible la cooperación, al tiempo que compiten vigorosamente, pero en estrecha coordinación con los aliados.

La guerra entre y Ucrania es otra historia. Harris y Biden coinciden en apoyar a , pero sus motivaciones difieren. Mientras Harris ve el conflicto en términos legales, enfatizando la violación de la soberanía ucraniana, Biden lo ve a través de un lente moral, como una lucha entre democracia y autocracia.

Pero es la cuestión israelí-palestina la que marca su división más significativa en política exterior. Harris es más sensible a las presuntas violaciones israelíes en Gaza y Cisjordania cometidas con la complicidad de EE.UU. Mientras que Biden nominalmente está a favor de una solución de dos estados, pero ha sido demasiado condescendiente con el primer ministro israelí .

A medida que se acercan las elecciones, el potencial de Harris para dar forma a los asuntos globales durante los próximos años se vuelve cada vez más significativo. Aunque a menudo se alinea con Biden, su visión del mundo promete un liderazgo distinto en el escenario internacional. Comprender cómo podría cambiar la política exterior de EE.UU. bajo una administración de Harris no solo es importante, sino imperativo.

–Glosado, editado y traducido–

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Ian Bremmer es Presidente de Eurasia Group