El Perú y Colombia construimos juntos un futuro compartido. Somos socios estratégicos y convergemos en espacios de integración como la Alianza del Pacífico y la Comunidad Andina (CAN). Luchamos por la democracia con la misma visión en el Grupo de Lima y cuidamos nuestra Amazonía con el Pacto de Leticia.
Hoy enfrentamos unidos el reto sanitario, económico y social más complejo de los últimos 100 años. La pandemia golpea con crueldad a nuestros pueblos y con particular virulencia a las comunidades indígenas y poblaciones originarias que habitan la zona fronteriza del Putumayo, donde hemos registrado tasas de contagios y fallecimientos por encima de los promedios nacionales.
Para atender esta dolorosa realidad, el 14 de mayo reunimos el mecanismo de diálogo y coordinación política (2+3) que conforman los ministros de Relaciones Exteriores, Defensa e Interior, a los que sumamos en esta oportunidad a los ministros de Salud. En ese marco, abordamos la emergencia con una óptica integral, que sumó a las consideraciones sanitarias aquellos aspectos de desarrollo social y seguridad imprescindibles para enfrentarla con éxito.
La principal decisión del mecanismo 2 + 3 fue la creación de un Comité Binacional COVID-19 encargado de coordinar acciones para enfrentar la pandemia en la zona fronteriza, presidido por los ministerios de Salud e integrado por los sectores competentes en materias de Desarrollo Social y Seguridad.
El resultado concreto del trabajo de dicho comité, que queremos resaltar conjuntamente en la fecha, es un plan integral de acción binacional para enfrentar el COVID-19 que nos permitirá hacer un seguimiento coordinado de la evolución de la pandemia, promover la salud, prevenir riesgos sanitarios, fortalecer la capacidad de atender emergencias, potenciar los establecimientos de salud y proponer protocolos sanitarios armonizados que contribuyan a impulsar la reactivación económica y el intercambio fronterizo a todo nivel.
De esta manera, asumimos juntos la responsabilidad de asegurar el bienestar de nuestras comunidades fronterizas a través de una cooperación efectiva. Este plan binacional constituye una valiosa experiencia piloto para emprendimientos futuros, que viene a sumarse a iniciativas ya en marcha desde hace muchos años, como la telemedicina o las jornadas binacionales de apoyo al desarrollo.
La construcción y la ejecución de este plan binacional demuestra que la diplomacia y nuestras tradicionales relaciones de amistad, cooperación e integración se alinean rápidamente en momentos críticos al servicio de nuestras poblaciones más vulnerables. Demuestra, sobre todo, que podemos enfrentar, juntos, enormes retos, como el que vivimos hoy.