A meses de comenzada la pandemia del coronavirus, los científicos han identificado algunos patrones claros en las personas que sufren de COVID-19 y tienen más probabilidades de morir. Las condiciones médicas preexistentes son un factor importante. A partir del 3 de junio, aproximadamente nueve de cada 10 neoyorquinos y habitantes de Chicago que murieron de COVID-19 sufrían de enfermedades crónicas subyacentes. Pero esas condiciones subyacentes no afectan a todos por igual. Son mucho más frecuentes entre los trabajadores de bajos ingresos. Las tasas de enfermedad pulmonar obstructiva crónica, enfermedad renal y diabetes en el 10% más pobre de los neoyorquinos se estima que es 40% más alta que el promedio. Este patrón es válido en muchas ciudades.
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