Janeyri Boyer Carrera

Cuando ingresamos a un hospital, cruzamos un puente o tramitamos un DNI, esperamos, razonablemente, ser atendidos con efectividad, que el puente no se caiga o que nos entreguen el DNI de forma oportuna. Asimismo, frente a los índices de pobreza y anemia, esperamos contar con servidores públicos capaces de revertirlos.

Muñoz y Otero (2022) estudiaron el impacto de la reforma que impuso la selección de directores de hospitales públicos en Chile. La evidencia muestra que con esta modificación lograron disminuir la mortalidad hospitalaria en un 8%.

La Autoridad Nacional del Servicio Civil () y la reforma del servicio civil se crearon para instaurar meritocracia e idoneidad en el Estado Peruano, mejorar las condiciones laborales de los servidores públicos y promover resultados con evaluaciones del desempeño. El objetivo final es que los servicios se presten, que las obras se hagan, que nuestros niños no tengan anemia.

¿Por qué defender Servir y la reforma del servicio civil si nada de esto habría ocurrido en sus años de existencia? El 64% de los países de la OCDE considera necesaria la presencia de una autoridad rectora del servicio civil que gestione a nivel nacional los recursos humanos del Estado (OCDE, 2020). Servir se crea luego de 15 años de desactivado el Instituto Nacional de Administración Pública (INAP). No se desactiva algo para reemplazarlo por nada. Porque volveríamos a la nada. Corresponde, por lo tanto, mejorarlo, no abolirlo, tal como propone el dictamen de la Comisión de Trabajo. Servir debe ser el garante de la meritocracia.

Algunos retos para Servir están en el hecho de tener una mayor presencia en el territorio. El gobernador de Loreto o el alcalde de Chumbivilcas no tendrían por qué trasladarse a Lima para pedir apoyo. Asimismo, debe inocular eficazmente meritocracia en el ADN público, alimentarla y garantizarla e instaurar esa necesaria conexión cíclica entre metas país y las necesidades de la población. Finalmente, es necesario contar con un sostenido respaldo político y recursos para liderar las mejoras que el servicio civil necesita.

Pero los retos alcanzan también a los propios servidores públicos y al sector privado. Porque la reforma del servicio civil es más que una ley, es una forma de vivir la función pública. Por eso importa que todos nos involucremos activamente en la mejora real de capacidades de los servidores públicos con contenidos que atiendan los desafíos específicos de cada región. Como viene ocurriendo en Cajamarca, con la alianza entre el gobierno regional, los gobiernos locales y Videnza, ALAC y Newmont, respecto de los directivos públicos de la región.

Que Servir no sea desactivado es una batalla que se debe librar; y que la meritocracia sea una realidad en todo el país es la guerra que hay que ganar.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Janeyri Boyer Carrera es profesora asociada en la PUCP y expresidenta de Servir