El artículo 37 de la Ley de Presupuesto 2016 borraría con el codo lo que varios mandatarios han escrito con la mano. Algo sorprendente, pues el propio presidente Ollanta Humala ha sido quien ha impulsado el aseguramiento en salud de 16 millones de peruanos, logro nunca antes visto.
Este artículo no solo quitaría atribuciones al Seguro Integral de Salud (SIS), también provocaría un retroceso para el aseguramiento del sector, en tanto el SIS ya no sería el que decide qué, cómo y en qué oportunidad asigna los recursos que financian las prestaciones de salud.
Resulta paradójico que sea este gobierno, el que más apostó a la reforma de la salud, el que al finalizar su período pretenda, a través de su sector Economía, retroceder lo avanzado. Ello afectaría el aseguramiento en salud y el rol del SIS como seguro público (el cual ha demostrado buenos resultados en el manejo de sus políticas y ganado el reconocimiento de los usuarios).
Basada en el aseguramiento público, la reforma de la salud ha tenido avances concretos en los últimos tres años. La cobertura de asegurados ha pasado de 11 millones a 16 millones, el financiamiento del sistema público de salud de S/.6.500 millones alcanzó S/.13.800 millones. En particular, el SIS como seguro público pasó de S/.500 millones a S/. 1.700 millones.
No se comprende por qué el sector Economía no quiere favorecer las transferencias financieras del modelo de financiamiento capitado. Más aun cuando es considerado un ejemplo de éxito por instituciones de alcance internacional, pues permite que se disponga oportunamente de recursos para ejecutar las prestaciones de salud previamente acordadas con el seguro público, lo que permite que sean supervisadas y evaluadas.
Con este modelo, el SIS ha reorientado el gasto en salud. Por ejemplo, el 55% se dirige al primer nivel de atención. La modalidad de pago ha pasado de retrospectiva a prospectiva, y el mecanismo de pago ha cambiado de ser uno por producción tarifada a uno per cápita. Con ello, se han privilegiado las actividades preventivo-promocionales en salud.
Queda claro que el SIS, mediante el financiamiento de mecanismos de pago capitado, ha logrado que se priorice la ejecución de acciones de promoción de la salud y la prevención de enfermedades frente a las recuperativas. Muestra de ello es que las atenciones preventivas pasaron de 12,9 millones a 21,6 millones en un solo año, cifra que se incrementó a 32,8 millones en solo dos años. Notable.
En resumen, la Ley de Presupuesto 2016 no solo reduce los recursos asignados al SIS, sino que además está incorporando cambios en la modalidad de asignación de recursos. Así, le resta capacidad de gestión e incentivos para conducir el financiamiento y el aseguramiento en salud.
De aprobarse el artículo 37, no solo se generarían mayores retrasos en la transferencia de dinero hacia los hospitales y redes de salud. Esto dado que las decisiones se concentrarían en el nivel central, vía decreto supremo. También se le agregaría la prohibición o limitación para la contratación de médicos, enfermeras y demás profesionales de salud necesarios para incrementar la oferta de servicios en este sector. En consecuencia, sería una mala decisión.