Pedro Castillo no sabe que no hay en el mundo 1.200 países, pero sí sabría, en cambio, cómo comprar una tesis en el 2021 para hacerla pasar como del 2012.
Sabe victimizarse, sabe mentir y sabe eludir a la justicia. Se hallaron US$20 mil en las oficinas de la secretaría general de Palacio de Gobierno. Después de eso, el presidente impidió el ingreso de los fiscales a su despacho.
Castillo tampoco autorizó una segunda visita a sus oficinas. El 20 de diciembre no permitió entregar las imágenes de las cámaras en una investigación de una licitación por US$70 millones presuntamente amañada.
Asimismo, impidió la entrega de imágenes de las grabaciones en Palacio sobre los días en que se buscó ahí a Yenifer Paredes, su cuñada (hoy bajo prisión preventiva).
En su casa de Chota se encontraron documentos comprometedores. Por ejemplo, de la Municipalidad de Anguía, en la que hubo coimas según un testigo. También se hallaron sellos de comunidades de ronderos y de jueces de paz, además de dos motos nuevas y varios miles de soles en efectivo.
La primera dama Lilia Paredes no ha querido decir nada a la fiscalía. Castillo tampoco ha declarado. Ellos y su hija-cuñada han evadido las investigaciones fiscales.
Castillo sostiene que hostigan a su familia. “No les importa dañar a la familia y dejar a nuestros hijos huérfanos”, ha dicho.
El drama no está en la investigación, la tragedia está en los hechos imputados. Se tiene muchos testimonios y pruebas documentales. Castillo quiere cancelar la investigación y la información sobre la misma, en la prensa.
Por eso, Castillo urde la novela de que existe una confabulación entre un sector del Congreso, la fiscalía y la prensa. Pide a la población “unirse en la defensa del Estado de derecho”.
Si él se uniera a esa defensa, no estaría atacando a la prensa. No habría cambiado a los altos mandos de la PNP porque quiere dejar fuera de las investigaciones al coronel Harvey Colchado, que dirigió las pesquisas en Palacio.
Mientras tanto, en el interior del país se desarrolla propaganda en contra de la investigación. Un periodista local entrevistó a parientes de José Nenil Medina, el alcalde de Anguía, detenido. Las respuestas se colocan en boca de los entrevistados. Le echan la culpa de la detención a ¡Keiko Fujimori!
El periodista dice que es “una persecución política” y la entrevistada, que “todo esto viene de la señora Keiko Fujimori” … “¡ella está libre!” (como si no hubiera tenido dos prisiones preventivas). El reportero señala que todo es obra del “fujimontesinismo” (en la radio Megaplus).
Como el referido medio, se hace propaganda y falsificación a través de muchas otras radios en el interior del país.
El Congreso, por su lado, ha hecho todo lo posible por desprestigiarse. A ello se agregan congresistas que estarían haciendo negocios a través del Ejecutivo.
Eso crea una dificultad política para una vacancia. Castillo jugará a que un Congreso con un 8% de aprobación no podría vacarlo. Va a apelar a esa parte de la opinión pública que sigue crédula o indiferente.
Neutralizar al Congreso, desprestigiar a la fiscalía, callar a la prensa son objetivos de Castillo. Después vendrá la asamblea constituyente.
La democracia y el Estado de derecho están en grave riesgo. El objetivo: poder hacer negocios sin oposición. Estamos a tiempo para impedirlo.
Nota del editor: el autor sostiene que con la frase “Ingeniería de la coima” usada en su columna de la semana pasada no quiso ofender a ningún ingeniero del Perú y el término “Ingeniería financiera” tampoco se refiere a los ingenieros, sino a financistas.