El jueves, la ex alcaldesa de Lima Susana Villarán de la Puente sufrió un asalto a manos de tres sujetos armados que terminaron llevándose su celular. En su página de Facebook, relató la ocurrencia: “Estábamos solas con la persona de limpieza en la oficina de Estados Unidos en Jesús María a las 8 p.m. esperando mi Taxi Satelital con el celular en la mano para identificar al chofer […] Al entrar al taxi y sentarme atrás del chofer, este me dice: “Pucha, qué emoción, señora, nunca pensé que iba a subir a mi taxi, no sabe todo lo que me he peleado por usted en mi familia” y empezó a encender el auto para echar a andar cuando por la ventana del conductor aparece un tipo de mediana edad con un revólver, se lo puso en el pecho, luego a mí en la frente, otro me quería arrancar la cartera por la puerta derecha, yo la sujeté muy fuerte, pensando en la iPad y toda la información que tenía y mi platita que había sacado del banco para unos pagos hoy. Un tercero esperaba conduciendo un sedán gris delante de nosotros. Fue todo rápido”.
Felizmente la cosa no pasó a mayores y los asaltantes se contentaron con el celular, y a saber también con el GPS del taxi. Al rato, Augusto Rey, regidor de Villarán en la actual gestión castañedista, lanzó un par de mensajes por Twitter para decir que no era “un robo ordinario” y que fue “un ataque dirigido”. Esto ocurrió en Jesús María y es el segundo asalto sufrido por Villarán desde que dejó el cargo (el anterior fue en Lurín). Ninguno, felizmente, pasó de un gran susto. Lástima que fuera distinto para el señor Gonzales, asesinado a plena luz del día en la notaría Paino; para Fiorella Gonzales Vilca, de 22 años, asesinada en Carabayllo cuando unos delincuentes pretendieron arrebatarle lo que fuese de su mochila; o para el colega Luis Choy, baleado en la puerta de su casa sin que sepamos, hasta hoy, por qué.
Lo único que todos sabemos es que Lima es insegura y violenta. Cada 5 minutos en Lima y el Callao ocurre un robo, 43% de ellos por un celular (como le ocurrió a Villarán). Solo en el 2013, según Osiptel, en el Perú fueron robados más de tres millones de esos aparatos, a un ritmo de casi 15 mil por día, buena parte en Lima. El distrito de Jesús María figura entre los más afectados por ese tipo de robo.
Lo de Villarán podría ser una estadística más, pero ella asegura estar amenazada por las mafias de transportistas, de La Parada y otras. Gracias al celular arrebatado se le ha asignado seguridad las 24 horas del día. ¡Vamos!, la pareja presidencial no iba a dejar desprotegida a quien comparte con ellos las mismas simpatías por la constructora brasileña OAS, esa que, según la revista “Veja”, uno de sus mandamases ha admitido la entrega de dinero negro al gerente de contratos en el Perú, Alexandré Mendoza.
¿Qué construye OAS en Lima? Vía Parque Rímac. ¿Quién firmó el contrato? La ex alcaldesa, hoy blindada por el resguardo oficialista. A todo esto, ¿quién le financió la campaña reeleccionista a Villarán? Pregunto, nomás.