El periodismo contra las crisis, por Rolando Arellano

Sin duda uno de los más importantes motivos de las recientes protestas contra la ley agraria ha sido la falta de información de los manifestantes. Por ello creemos que en conflictos similares futuros, muchos periodistas y medios tienen una inmensa oportunidad de incrementar su valor para la sociedad. Veamos.

Como sabemos, los trabajadores agrarios se levantaron para exigir la derogación de una ley que les mutilaba sueldos, vacaciones y compensaciones frente al régimen común. Extrañamente, no sabían que esos beneficios, un mes de vacaciones, indemnizaciones y otros ya existían en la ley desde hace un tiempo. Tampoco sabían que las empresas que les pagan menos de lo oficial son en su mayoría informales, a las que la ley les es indiferente.

¿Cuál fue la actuación de varios medios en esta situación? Básicamente informar solo sobre la ocurrencia del conflicto, las peleas, los destrozos y la población bloqueada, insistiendo a veces en los aspectos negativos más impactantes, como los muertos y heridos del suceso. Hablando en términos profesionales, estos comunicadores declinaron su papel de generadores, emisores en la cadena emisor-transmisor-receptor, y se limitaron a ser transmisores de noticias, a las que no solo no añadían, sino quitaban valor.

Pero ¿qué hubiera pasado, por ejemplo, si junto con informar sobre los problemas y sin tomar partido por nadie, esos medios hubieran informado también sobre las reales características de la ley agraria en cuestión? ¿Cuántos de los manifestantes hubieran entendido que su pedido era infundado y regresado a casa? ¿Cuántas familias varadas hubieran podido reanudar su viaje? ¿Cuántos ciudadanos en vez de solidarizarse hubieran pedido una discusión más cívica del tema? ¿Cuántos congresistas hubieran pensado dos veces antes de votar para derogar la ley?

Con la tranquilidad de espíritu que les daba no tener ninguna responsabilidad en la generación del problema, al actuar informando imparcialmente los periodistas de esos medios hubieran generado un gran beneficio a esos trabajadores agrarios, que son sus conciudadanos y, además, su audiencia. Y de la misma forma hubieran ayudado a que se sigan creando puestos de trabajo en el campo, a que disminuya la informalidad en el sector agrario y a que disminuya un poco más la pobreza rural. Tremendo aporte a la sociedad en general.

Pero, además, actuando así, junto con aquellos colegas que ya lo hacen, ayudarían también a que la sociedad peruana incremente el respeto y consideración hacia su profesión. Y así no solo contrarrestarían su eventual pérdida de prestigio, sino que mostrarían a todos que son, y merecen ser, un verdadero poder civil. Que tengan una gran semana.