El adelanto (fallido) de elecciones generó en el Congreso todavía más divisiones. El autodenominado ‘bloque democrático’ se partió. Por un lado, Fuerza Popular, impulsando elecciones para el 2023. Por el otro, Renovación Popular y Avanza País, con la meta de elecciones en el 2024 o de quedarse hasta el 2026. ¿Qué significa todo esto?
La posición de Renovación Popular –de completar cinco años en sus curules– coincide con la de ciertos grupos de izquierda. Lo que alguna vez fue Perú Libre pero hoy son varias bancadas pequeñas pusieron como condición que se incluyera un referéndum para una asamblea constituyente. No prosperó. Aun así, no parecen tener muchas ganas de volver al anonimato ciudadano. ¿Acaso su real intención no es también quedarse hasta el 2026?
Sin embargo, el tema del adelanto sigue en agenda (más en la de la ciudadanía que en la del Congreso). Con la nueva legislatura, la Comisión de Constitución debe emitir un nuevo dictamen que luego debe ser votado en el pleno. Ahora, con esta suerte de complicidad de “nos quedamos todos” entre los extremos, se podría generar en el Congreso una recomposición de fuerzas que nos lleve a una incertidumbre aún mayor. En particular, podría derivar en la recomposición de la Mesa Directiva (MD) hacia una que defienda a capa y espada que este Congreso complete los cinco años. La MD es, al fin y al cabo, la que decide qué entra y qué no a debate en el pleno.
Si lo que tenemos es una MD que rehúsa poner en agenda el adelanto de elecciones, o que simplemente se demora en hacerlo, podemos decirle adiós a esta plegaria ciudadana. Y la ciudadanía no se va a quedar de brazos cruzados mientras eso sucede.
Aunque en estos días las protestas se han reducido, estas no han acabado. Los congresistas que buscan quedarse hasta el 2026 serían demasiado ingenuos en pensar que es así de fácil pasar la página después de tanto dolor.
También hay que saber diferenciar entre los congresistas que dicen que quieren irse y los que en realidad abogan por el adelanto de elecciones. Son pocas las bancadas que han podido leer correctamente la realidad nacional y llegar a la conclusión de que adelantar las elecciones es el primer paso para una desescalada de la crisis. Hay que reconocerlo: Fuerza Popular lo ha hecho. También algunos miembros de Somos Perú, Alianza para el Progreso, Podemos Perú, Juntos por el Perú y algunos no agrupados. Pero son insuficientes.
En esta nueva era del Congreso, de viejas coaliciones quebradas y alianzas improbables gestadas, es indispensable que nuestros parlamentarios abran los ojos: ignorar una realidad no quiere decir que esta no esté allí, frente a sus narices.