Mario Saldaña

Uno es un destacado oficial de la PNP en varios procesos de seguimiento y captura de criminales de toda índole. Otro es un condenado por secuestro y asesinato de cuatro policías en el llamado ‘andahuaylazo’ del 2005.

Mientras uno sirve a la ley y al Estado de derecho, el otro ha liderado dos episodios (Locumba y Andahuaylas) de rebelión y sedición en contra de dichas instituciones.

En los últimos días, ha recibido una andanada de ataques desde Palacio (entiéndase: el presidente de la República, sus abogados y ayayeros) por el solo hecho de hacer su trabajo: apoyar la labor investigativa y de acopio de pruebas en los procesos de corrupción que afronta el jefe de Estado, sus amigos y familiares, por parte del Ministerio Público. El otro ha obtenido una oportuna reducción de pena y su libertad a base de una interpretación, en mi opinión, abusiva e irregular de las normas sobre beneficios penitenciarios.

El policía ha entablado una acción de amparo para detener la ‘vendetta’ administrativa y penal del Gobierno. , en cambio, tendrá que defenderse en los tribunales para evitar volver a prisión debido a que la motivación de su liberación es “trucha” a todas luces.

Como parte del asedio y la interferencia política que han echado a andar Castillo y su gobierno, por las indagaciones de las que es objeto, a Harvey le cortan presupuesto y soporte logístico. Mientras, el líder del ‘andahuaylazo’ goza de un saludable y buen financiamiento de parte de uno que otro “empresario” conocido para lanzar su candidatura presidencial.

Harvey es la causa. Tiene en Castillo probablemente el reto más grande de su carrera al ser la primera vez en la historia del país que el Ministerio Público investiga a un presidente y a varios políticos en ejercicio por evidentes actos de corrupción.

Antauro es el efecto. Ese mismo político investigado y cercado por las investigaciones en curso allana la libertad del etnocacerista para decir (sin decirlo): ‘si pretenden vacarme, aquí les dejo a alguien a quien sí tienen que temer’.

No sabemos si Harvey y el Ministerio Público podrán cumplir con éxito su tarea. Después de todo, enfrentar a quienes controlan el poder nunca ha sido una tarea fácil. Lo más probable es que Colchado y la señora Barreto (y el equipo de fiscales para casos de corrupción en el poder) afronten más de un proceso en el futuro por hacer lo que corresponde.

Antauro, en cambio, tras su promisorio, demagógico y psicodélico primer mitin en Andahuaylas, lo único que recibirá serán votos en “este país de desconcertadas gentes”.

Mario Saldaña C. es periodista