Banderas del colectivo LGTBI ondean en unas casas del barrio madrileño de Chueca, en España, el pasado mes de junio. (Foto referencial: EFE/Luca Piergiovanni).
Banderas del colectivo LGTBI ondean en unas casas del barrio madrileño de Chueca, en España, el pasado mes de junio. (Foto referencial: EFE/Luca Piergiovanni).
/ Luca Piergiovanni
Daniela Meneses

En mayo, el diario inglés “The Guardian” hizo un llamado a la comunidad LGBTQ+ para escuchar cómo estaban viviendo la pandemia. La semana pasada, se publicó un artículo dando cuenta de los resultados: mientras que las personas mayores casadas o convivientes que contestaron no reportaban en general impactos muy distintos a los de parejas heterosexuales en similares condiciones, no sucedía lo mismo en personas más jóvenes. “Los jóvenes LGBTQ”, continuaba el artículo, “reportaron que la cuarentena significó estar confinados con familias que no los apoyaban o eran hostiles”. En la página se pueden leer testimonios de jóvenes que sienten que tienen que vivir continuamente ocultos, pues se encuentran con familias que no respetan su sexualidad o identidad de género. También se lee el impacto que tiene en varios de ellos haber perdido los espacios y comunidades que les servían de apoyo y familia elegida.

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