La prueba del engaño es que el plan “Perú al Bicentenario” presentado días después por Castillo no se retracta de ninguna de las propuestas del Plan de Cerrón. (Foto: difusión)
La prueba del engaño es que el plan “Perú al Bicentenario” presentado días después por Castillo no se retracta de ninguna de las propuestas del Plan de Cerrón. (Foto: difusión)
Jaime de Althaus

Es increíble como politólogos y analistas “pulcros” se esmeran en ver amenazas equivalentes a la democracia en ambas candidaturas. ha explicado que no se trata solo de “ganar el gobierno”, sino “quedarse en el poder”. Y Cerrón tiene el control del partido, de las finanzas, del programa de gobierno y de la bancada, con 22 de 37 congresistas electos que responden a él, según un informe de Martín Hidalgo. Y hay cinco vinculados al .

MIRA: Facción de Vladimir Cerrón se impone en la nueva bancada de Perú Libre

El proyecto consiste en imponer una asamblea constituyente que desplazaría al , tal como se anunció en primeras declaraciones. Pero dado que la asamblea constituyente no es constitucional, se forzará al Congreso, en el que carece de mayoría, a convocar a un referéndum vía cuestiones de confianza o vía la presión popular. El propio Castillo declaró hace unas tres semanas que “si el Congreso no la acepta, yo no lo voy a cerrar, lo va a cerrar el mismo pueblo”.

No es el gobierno de las instituciones o la ley, sino la dictadura del proletariado. Es decir, del partido. Es como la monarquía absoluta, solo que el proletariado reemplaza a Dios. Y en el discurso de Castillo el “pueblo” es el equivalente funcional del proletariado. Es decir, de Dios. Y así como el monarca encarna la voluntad divina, Castillo encarna la voluntad del pueblo. No es que él la interprete. Él “es” la voluntad del pueblo.

El pueblo es la gran justificación para todas las arbitrariedades y su gran ejecutor. Será el pueblo quien cierre el Congreso, el Tribunal Constitucional, la defensoría, la ATU, Sunafil, etc., porque no defienden al pueblo sino a la corrupción o a los grandes poderes. También habrá que reestructurar la Sunat –como ha anunciado Juan Pari-, para convertirla en un arma política, por supuesto, contra las grandes empresas.

La misma suerte correrán los medios de comunicación. Lo dice en el plan de gobierno: “El socialismo no aboga por la libertad de prensa, sino por la prensa comprometida con la educación y la cohesión de su pueblo”. Prensa cubana. Y cita a Lenin: “la libertad de prensa solo es posible cuando se libere del yugo del capital”. Precisamente ayer Pedro Castillo tuiteó: “Mi solidaridad con los periodistas agredidos… Nuestra crítica sobre la prensa basura va sobre quienes controlan el monopolio de los medios de comunicación y venden líneas editoriales a intereses privados”. Lenin puro. Habrá entonces que liberarla de ese yugo para ponerla al servicio de los intereses populares (aunque horas después borró el tuit).

Por eso la firma de la “Proclama Ciudadana” no ha sido sino un embeleco, porque su contenido es la negación del programa de Castillo, del que ya poco quedaría. La prueba del engaño es que el plan “Perú al Bicentenario” presentado días después por Castillo no se retracta de ninguna de las propuestas del Plan de Cerrón sino que las ratifica: referéndum para convocar a una asamblea constituyente, nacionalización de las riquezas, segunda reforma agraria revisando “el acaparamiento y monopolio de tierras”, etc.

Del Estado empresario e “inversor” al control de los poderes públicos y de la sociedad, no hay sino un paso. Y al desastre nacional, medio paso.

VIDEO RECOMENDADO:

Perfil De Pedro Castillo

Contenido sugerido

Contenido GEC