Daniela Meneses

Para muchos, el fin de año suele ser tiempo de balance y resoluciones. Yo la verdad no soy muy fanática de ninguno, excepto cuando se trata de repasar qué leí y qué me puede estar faltando. Quiero compartirles aquí mis lecturas favoritas del 2020. Algunas de ellas todavía no están publicadas en castellano, pero cuando sí es el caso he colocado el título en nuestro idioma.

• “Falso Espejo”, Jia Tolentino (2019): La también escritora del “New Yorker” presenta nueve ensayos que tratan temas como las fiestas de matrimonio, las drogas, los realities, y los reportajes sobre violación. Recomiendo particularmente el ensayo “Nunca dejes de optimizar”, sobre la cultura de optimización (y los restaurantes que venden la ensalada ya cortada, para que no tengas que ver al plato mientras la comes y toda tu atención pueda estar en tu pantalla).

• “Luster”, Raven Leilani (2020): Admito que quizás lo que me convenció de leer “Luster” fue el título del artículo del “New Yorker” reseñándola: “La novela debut de Raven Leilani deconstruye la domesticidad –la historia de una aventura extramarital atraviesa un sigiloso revés cuando la amante se vuelve parte de la familia–”. No quiero contarles más de la trama, pero sí que es una poco frecuente mezcla de un libro que no puedes dejar y que además te hace parar de cuando en cuando a releer algunas de sus frases tan bien construidas. Un dato extra: apareció en la lista de Barack Obama de sus libros preferidos del 2020.

• The Cophenhagen Triology, Tove Ditlevsen (1967-1971). El año pasado, Penguin Random House publicó la Trilogía de Copenhagen: “Chilhood”, “Youth” y “Dependency” (“Infancia”, “Juventud” y “Dependencia”). Se trata del trabajo autobiográfico de la poeta Tove Ditlevsen, que nació en 1918 y creció en un barrio de clase obrera en Dinamarca. No se desanimen por las palabras “trabajo autobiográfico”: el texto es hermoso, ágil y desgarrador. Así lo ponía “The Guardian” en el texto que, nuevamente, me convenció de leerlo: “la escritora danesa reflexiona sobre el éxito, la adicción y divorcios en tres volúmenes de compulsiva autoficción”.

• “La vida mentirosa de los adultos” y “El cuarteto napolitano”, Elena Ferrante (2019 y 2011-2015). Llegué algunos años después al cuarteto napolitano, pero esta serie de libros fue una buena dosis de escapismo durante los primeros meses de la pandemia. Siguen por seis décadas la historia de Lenú y Lila. Amigas inseparables en sus infancia en un pueblo pobre de Napolés, sus caminos comienzan a apuntar a distintas direcciones cuando Lenú puede seguir en la escuela y Lila no. Tan pronto lo terminé, y por no estar lista para dejar a Ferrante, leí su nuevo libro, “La vida mentirosa de los adultos”: en la Napolés de los noventa, impulsada por una tía no muy querida en la familia, la adolescente Giovanna comienza a ver de cerca, y dejar de idealizar, a sus padres.

• “Contemplaciones”, Zadie Smith (2020). Este libro lo estoy leyendo actualmente, pero no quería dejar de darle un lugar aquí a estas reflexiones escritas en los primeros meses del virus. Y, de paso, recomendarles la genial novela de Smith, “Dientes blancos”.

Habrán notado quizás que esta lista (a la que, sin duda, le faltan autores latinoamericanos) está compuesta por mujeres. Fue haciendo un repaso similar al de ahora que, hace algunos años, me di cuenta de que gran parte de los libros que había leído en mi vida estaban escritos por hombres. Comencé a buscar expandir mi rango y lo que en algún momento fue algo dirigido ahora ya no lo es: una autora me lleva a la otra y sigo explorando lo que tantos años de desbalance mantuvo lejos de mí. No me malentiendan. Leo libros escritos por hombres y varios de mis autores favoritos lo son, solo que en general son las autoras mujeres las que más me acompañan. Aprovecho entonces para terminar con otros nombres que me gustaría recomendar (en ningún orden en particular): Sally Rooney, Maggie Nelson, Chris Kraus, Clarice Lispector, Marjane Satrapi, Olivia Sudjic, Gabriela Wiener, Miranda July, Joanna Pocock, Annie Ernaux.