Hay un Observatorio de Medios como hay un Observatorio de la Criminalidad. Este investiga el delito, y es del Ministerio Público. Aquel mira televisión, y es una entidad privada.
Este Observatorio (OM) “rechaza rotundamente” un video difundido por “Magaly TV La Firme” y “Noticias en vivo”, de Canal N. Son imágenes de la actriz Magaly Solier.
El OM denuncia que estos programas violaron la Ley de Radio y Televisión. Exige “salvaguardar la reputación de las personas en momentos de vulnerabilidad”.
Las imágenes difundidas corresponden a la actriz caída a la mitad de una pista. Según el OM, un mototaxi la atropelló. No muestra, sin embargo, ninguna prueba.
Los medios, en cambio, constataron la información. Magaly Solier estaba en estado inconsciente sobre la pista. Esas imágenes no engañan.
Si la “indefensión” fuera argumento para coactar la información, ¿cómo sabríamos la verdad? La “vulnerabilidad” no puede ser argumento contra la libertad de información. Si lo fuera, no podríamos difundir imágenes de un asentamiento humano, porque sus pobladores están en estado de “vulnerabilidad”.
No informar sobre la pobreza: un poder estupendo para un gobierno dictatorial. ¡No veas la pobreza, por respeto a la dignidad!
El Observatorio pretende que los medios no puedan informar o tomar imágenes de alguien en la vía pública. No solo de alguien, sino, en este caso, de una persona conocida.
¿Podemos tomar imágenes de un accidente de tránsito? ¿Podemos publicarlas? Según la ley y los estándares de la libertad de prensa en el mundo occidental, sí se puede, y, para el periodismo, ¡se debe!
Un hecho en la vía pública no pertenece al ámbito de la privacidad.
El OM sostiene que se han violentado los derechos a la “dignidad, imagen, privacidad y buena reputación al encontrarse (Solier) en estado de vulnerabilidad”.
Si un personaje público se cae en medio de la pista por una acción imprudente, es noticioso.
La Constitución reconoce el derecho a la buena reputación. Se refiere a “toda persona afectada por afirmaciones inexactas o agraviada en cualquier medio de comunicación social…” (Art 2,7).
El periodismo publica y difunde noticias. Eso es lo que hicieron “Magaly TV La Firme”, “Noticias en vivo” y muchos otros programas de otros medios. Para el Observatorio, no se trata de “observar”, sino de castigar.
El Observatorio no cumple una función técnica, sino política. Es la política de tomar el control de lo que pueden ver o no los ciudadanos, de lo que pueden o no informar los medios.
Magaly Medina, como presentadora de las imágenes, fue responsable y cuidadosa. Fue objetiva, serena y empática, al pedir, incluso, ayuda para Solier.
La dignidad y la buena reputación se basan en lo que hacen las personas. Si, a pesar de su buena conducta, a alguien se le atribuye un delito, eso daña su reputación. Hay agravio y mala intención. El Observatorio no quiere que se informe nada sobre alguien “en momentos de vulnerabilidad”.
Toledo, acusado y a punto de ser extraditado, está en estado de vulnerabilidad. Entonces, según el Observatorio, ¡no se pueden difundir sus imágenes en la calle!
No hay otra cosa en ese “pronunciamiento” que la intención de hacer política e influenciar. Los sabios del “observatorio” saben cómo giran los planetas. Quieren, ahora, el poder de vigilar y castigar.