María Cecilia  Villegas

En el nos equivocamos cuando creímos que íbamos camino de la y que la ola de crecimiento de principios de siglo no acabaría nunca. Nos equivocamos porque, al creernos el milagro latinoamericano, dejamos de lado las reformas de segunda y tercera generación que eran absolutamente necesarias.

Nos equivocamos también cuando quisimos creer que la y la economía podían correr por cuerdas separadas, y que, si bien nuestra clase política no estaba a la altura del país que creíamos que estábamos construyendo, la economía funcionaba, reducíamos e invertíamos, aunque poco, en proyectos de desarrollo.

Hace unos días, nos confirmaron lo que ya sabíamos: la pobreza aumentó por segundo año consecutivo y entramos al 2024 con un 29% de personas viviendo en pobreza. Esto es, cerca de 10 millones de peruanos que no llegan a ganar S/446 al mes para cubrir una canasta básica. Los peruanos más pobres dedican un porcentaje mayor de sus ingresos a gastos de alimentación. Por lo tanto, el aumento de precios o la caída en sus ingresos tienen un impacto directo en la calidad y la cantidad de los alimentos que consume su familia, lo que a su vez se verá reflejado en la incidencia de anemia y desnutrición. Hoy, el 36% de los peruanos no llega a consumir las calorías mínimas necesarias. Y en el 43,5% no puede cubrir su necesidad alimentaria básica. La pobreza ha cambiado y hoy hay mayor pobreza urbana (en las ciudades) que rural.

Ante el contexto en el que vivimos, la respuesta de los peruanos es de amarga apatía. Tanto así, que el 80% cree que es poco probable que en los próximos 12 meses podamos salir de la crisis. Y, frente a ello, sienten que poco o nada pueden hacer porque para 8 de cada 10 peruanos quienes gobiernan no están interesados en lo que piensa la gente como ellos. Esta desconexión de la clase política con la ciudadanía y de los ciudadanos con los políticos se ve reflejada en una altísima insatisfacción con la Lo que es absolutamente lógico: tenemos un que no existe para resolver sus problemas, pero que sí aparece para limitar sus libertades y ponerles trabas para desarrollarse.

La mayoría de peruanos vive tratando de sobrevivir día a día. Y se sienten indefensos frente a los problemas que se viven en el país: altísima inseguridad, estancamiento económico, aumento de la pobreza y falta real de Estado. , exministro de ha estimado que creciendo al 3% anual nos tomará 20 años regresar a los niveles de pobreza prepandemia.

El sector privado no puede ser indiferente. Los empresarios tienen que asumir el rol que les corresponde como líderes de la nación. ¿Llegará el momento en el que nos demos cuenta de que en nuestro país se está destruyendo todo lo que se había avanzado y nos atrevamos finalmente a actuar? ¿O seguiremos siendo víctimas del síndrome de la rana hervida, sentados en una olla de agua fría puesta al fuego, que va calentándose poco a poco hasta que es demasiado tarde para reaccionar?

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Maria Cecilia Villegas es CEO de Capitalismo Consciente Perú

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