Pedro Castillo y Keiko Fujimori enfrentarán la segunda vuelta. (Composición: El Comercio)
Pedro Castillo y Keiko Fujimori enfrentarán la segunda vuelta. (Composición: El Comercio)
Jimena De La Quintana

Los últimos años, dos poderes del Estado asfixiaron a los peruanos con interminables confrontaciones. Dejaron sin aire al país y, durante cinco años, donde cuatro presidentes gobernaron, el Perú se paralizó. Los enfrentamientos entre el Ejecutivo y el Legislativo parecían constantes revanchas, personales y partidarias, que se impusieron a nuestro bienestar y pisotearon al ciudadano.

Pedro Spadaro, vocero del fujimorismo, dijo el 28 de junio del 2016 en RPP que, bajo la dirección de , el Parlamento electo aquel año, donde Fuerza Popular obtuvo mayoría absoluta con 73 congresistas, sería el mejor Congreso de la historia republicana. ¿Pueden pensar en una oportunidad peor desaprovechada? Para Fujimori y Fuerza Popular, sus revanchas se impusieron al país y también a su propio partido, que no construyó, sino que se destruyó a sí mismo y al Perú. Lo que sí logró, fue reforzar su imagen de partido autoritario. Fujimori es más impopular de lo que era en las dos últimas elecciones.

Keiko Fujimori ha pedido perdón por los errores cometidos en el disuelto, pero a estas alturas, y dados los muchos antecedentes, surge la duda respecto a si esta es una disculpa reflexionada y sincera o una estrategia de campaña.

Pero ese mismo tono de revancha se repite y también se percibe en el plan de gobierno de Perú Libre por el que postula el profesor . Sus páginas dividen al país entre buenos y malos, sin matiz alguno, entre ricos y pobres, entre empresas abusivas y trabajadores explotados, entre lo nacional bueno y lo extranjero malo, entre un Estado que con una mayor participación salvará a la sociedad frente a un mercado que le hace daño. Castillo ve la nacionalización o estatización como una salvación sin reflexionar respecto a que ello también implica la concentración del poder que su partido tanto critica. La concentración es mala desde lo público o lo privado y genera la misma corrupción.

Pedro Castillo critica y se opone a los monopolios, como la mayoría, pero no se da cuenta que con su propuesta de gobierno el monopolio lo tendrá el Estado en varios sectores. ¿No es ello igual de peligroso y abusivo, sea en el ámbito público o privado?

Podemos pensar diferente, ser diferentes, pero no podemos estar divididos. Todos los sectores tienen intereses distintos, pero ninguno puede estar por encima del Perú; cada uno de estos sectores debe reflexionar más sobre lo que hizo y lo que dejó de hacer. Solo viendo nuestros errores podremos construir desde la unión, no se puede desde la división. No podemos seguir gobernando desde la revancha y el odio, nuestras emociones no pueden estar por encima de la razón.

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