Editorial: Alineamiento estelar
Editorial: Alineamiento estelar

En materia política, la suerte de la primera dama no es en estos días la mejor. Una última encuesta nacional de Ipsos, publicada el domingo por este Diario, indica que la aprobación que la ciudadanía le concede se encuentra en su punto más bajo desde que empezó el gobierno (13%); y que el 73% de las personas que saben del ‘affaire’ de las agendas piensa que estas en realidad le pertenecen. Dos constataciones ingratas para quien, durante los tres primeros años de esta administración, se acostumbró a vivir en olor de multitud.

En la esfera judicial, en cambio, se diría que un singular alineamiento de los astros la ha favorecido recientemente. A la confirmación de la Sexta Sala Penal que acepta su hábeas corpus contra la investigación por presunto lavado de activos que le seguía el fiscal Ricardo Rojas (anunciada el 14 de agosto pasado), ha venido a agregarse ahora otra buena noticia para ella. A saber, la absolución a una duda planteada a esa misma sala por el procurador público Aurelio Bazán, que libra de la indagación fiscal por ese caso al resto de investigados ligados a ella, como (su hermano), Antonia Alarcón Cubas (su madre), Rocío Calderón Vinatea (su íntima amiga) y el congresista Santiago Gastañaduí, entre otros.

Como se sabe, los hábeas corpus proceden cuando las libertades personales de quienes los presentan están amenazadas; y, curiosamente, ese no era un riesgo derivado de la investigación que se ha ordenado archivar. Pero a ese primer hecho inquietante, se han sumado ahora otros. 

Primero, la circunstancia de que haya sido un procurador del Estado –y no la defensa de los allegados a – quien formulase la consulta. Y en segundo lugar que, pese a ser los hábeas corpus un recurso “de carácter personalísimo” (según definición de Víctor García Toma, ex presidente del Tribunal Constitucional), en este caso se haya extendido su efecto a terceros.

Como era de esperar, estas dos decisiones de la Sexta Sala Penal han sido ya impugnadas ante el Tribunal Constitucional, con el argumento de que ha existido en ellos un agravio constitucional. Pero mientras esa institución no se pronuncie al respecto, es indudable que la esposa del presidente y sus allegados han obtenido una importante tregua... que eventualmente podría devenir definitiva.

No ha sido este, sin embargo, el único evento afortunado para la señora Heredia ocurrido últimamente en el ámbito judicial, pues el martes 8, la Tercera Sala Penal Liquidadora declaró a los famosos ‘petroaudios’ como pruebas ilícitas en el caso al que han dado nombre, por la forma en que fueron obtenidos. 

Los llamados ‘petroaudios’ son un conjunto de grabaciones de conversaciones telefónicas interceptadas entre , Alberto Quimper (ex vicepresidente y ex director de Perú-Petro) y Fortunato Canaán (empresario dominicano patrocinador de la firma Discover Petroleum). Estas llamadas, ocurridas a inicios del segundo gobierno de Alan García, revelaron un manejo irregular de las licitaciones de ciertos lotes petroleros en beneficio de la empresa noruega patrocinada por Canaán, y desataron un escándalo que, en lo legal, provocó una investigación por tráfico de influencias, patrocinio ilegal y cohecho –que todavía no concluye–. Y en lo político, la caída del Gabinete encabezado por Jorge del Castillo.

Así las cosas, se podría pensar que el fallo conviene sobre todo a los funcionarios y políticos de la última administración aprista involucrados en este feo asunto. Pero, aunque cierta, esa consideración no agota la lista de beneficiados con la sentencia, pues con el argumento de que resulta ilícita en un proceso toda prueba obtenida ilícitamente, se podría decretar lo mismo a propósito de las controvertidas agendas atribuidas a Nadine Heredia, aparecidas como consecuencia de un aparente robo.

La invalidez aplicable a las agendas, además, se haría extensiva a toda otra prueba obtenida indirectamente como consecuencia de ellas: sin duda, un vuelco de fortuna muy oportuno para la primera dama en la eventualidad de que se demostrase que las libretas fueron suyas en origen.

¿Casualidad? Una máxima muy socorrida afirma que, en el terreno de la política, las coincidencias no existen. Y cabe preguntarse ahora si acaso en el de las decisiones judiciales, sí. Sea cual fuese la respuesta a esa interrogante, sin embargo, es claro que aquí se ha producido una alineación. Y calificarla de estelar no es exagerado.