Editorial: La municipalidad, los taxis y el eterno desorden
Editorial: La municipalidad, los taxis y el eterno desorden
Redacción EC

El sábado publicamos el siguiente titular: “Desde mañana solo circularán taxis con placas nuevas”. En esa nota informamos que, como parte del proceso de reordenamiento del tránsito de la ciudad, los que no hicieron el cambio de placas y siguiesen circulando serían sancionados con una multa de S/.456 y con el internamiento del auto en el depósito. El domingo, sin embargo, tuvimos que informar que esto último, para vergüenza de las autoridades involucradas, no había podido ocurrir: el amplió hasta el 31 de agosto el plazo para renovar las placas de los taxistas.

El Perú es el país de los trámites y las fechas prorrogados. Y sobra decir que, por los incentivos que genera, esta resulta una pésima costumbre nacional. Como las personas saben que lo más probable es que todos los plazos finales sean postergados, no suelen cumplir con los mismos y se vuelve muy difícil realizar cualquier tipo de reforma.

En esta oportunidad la culpa parece haber sido de la . Según el MTC, la Gerencia de Transporte Urbano de la MML no otorgó oportunamente los certificados de operación a los taxistas, documentos imprescindibles para gestionar las nuevas placas ante los Registros Públicos y la .

Como señalamos en la nota que publicamos ayer, durante la semana pasada varios taxistas declararon que desde noviembre trataban de que el les entregase los mencionados certificados, pero, con diversas excusas, la autoridad no se los entregaba. En algunos casos les extendió constancias provisionales para que realizasen su trámite de renovación de placas; sin embargo, según la Sunarp, en Registros Públicos se rechazaba ese documento porque, hasta el jueves pasado, nadie de la MML les había indicado que las constancias provisionales valían como certificados.

¿Cuál fue la razón por la cual la MML no entregaba los certificados? Según lo que declaró el pasado jueves la gerente de transporte urbano, el motivo fue la falta de recursos económicos.

¿Acaso a la MML le es tan difícil realizar un planeamiento presupuestal adecuado como para poder cumplir sus funciones básicas? Y si le es tan difícil y no le quedaba otra opción más que entregar constancias provisionales, ¿tanto le costaba coordinar con los Registros Públicos para que los taxistas pudiesen terminar los trámites que la ley les exige?

Este caso de ineficiencia burocrática vuelve a poner en evidencia la ya conocida incapacidad de la MML para coordinar los temas de transporte urbano con las otras entidades competentes. 

Recordemos, por ejemplo, que hace poco cuando este Diario preguntó a las autoridades por qué no tomaban mejores acciones para fiscalizar a las empresas que usan choferes irresponsables, tanto la MML como el MTC respondieron que la responsabilidad era del otro, mostrando que nunca se habían sentado a conversar sobre el tema. 

Asimismo, en el proceso de empadronamiento de taxis, fuimos testigos de cómo, por una tremenda falta de coordinación entre la MML y la Municipalidad Provincial del Callao, la segunda permitía el empadronamiento luego de que había vencido el plazo establecido por la primera. Eso significó un serio retroceso para la reforma impulsada por la MML. Y la historia se repitió meses después cuando venció el plazo para que los taxis empadronados regularizaran su modalidad de servicio.

La dificultad de la MML para ponerse de acuerdo con el resto de autoridades también quedó en evidencia cuando anunció que la avenida Arequipa sería usada solamente por vehículos de transporte público. Inmediatamente, varios municipios distritales aseguraron que se habían enterado de la medida por la prensa y que la misma era inviable porque haría que colapsen diversas calles, lo que obligó a la MML a recular.

Finalmente, no podemos olvidar que la manera desarticulada en que la MML actúa respecto de otras entidades es una de las razones que explica que los proyectos del Metropolitano II y de la Línea 2 del tuviesen un diseño original superpuesto en un 95%.

La MML quiere que el ordenamiento del transporte sea uno de sus principales logros. Pero, para eso, no le haría mal empezar por ordenarse ella primero.