Editorial El Comercio

Este lunes, Perú Libre celebró su decimoquinto aniversario en las instalaciones del . Primero, llevaron a cabo un acto en la plaza Bolívar, a donde llegaron una serie de arreglos florales, entre los que se encontraba uno enviado por el defensor del Pueblo, Josué Gutiérrez, exabogado del secretario general de la agrupación,, y que le debe a este el puesto que ahora ostenta. Y luego los invitados y algunos congresistas que aún quedan en la bancada (como sabemos, se fueron 25 de los 37 que inicialmente la integraban) se trasladaron al salón Raúl Porras Barrenechea para escuchar un discurso de su líder que se prolongó durante poco más de 40 minutos.

Es cierto que, aunque infrecuente, no es insólito que un partido político utilice los ambientes del para realizar actividades privadas o para homenajear a algunos de sus líderes. Pero en esta ocasión hay dos cosas que preocupan de manera especial y que merecen ser comentadas.

La primera de ellas es que no es la primera vez que el partido del lápiz hace proselitismo o aprovecha la sede del Parlamento para ensalzar la figura de su líder. Hace apenas una semana, por ejemplo, se llevó a cabo una exposición fotográfica en la sala Francisco Javier de Luna Pizarro del Legislativo, que tuvo como protagonista al fundador de Perú Libre. Como ha reportado este Diario, entre las imágenes expuestas se encontraban una de Vladimir Cerrón a los 12 años, además de caricaturas que lo retratan como ganador y recortes periodísticos que recogieron sus declaraciones en diarios locales de Junín para su campaña del 2018, en la que salió electo gobernador.

El segundo problema con las celebraciones del lunes tiene que ver con el discurso mismo del sentenciado exgobernador de Junín. Cerrón aprovechó la ocasión para despotricar nuevamente contra el Ministerio Público, los medios de comunicación e incluso el mismo Congreso por supuestamente haber orquestado un “golpe militar parlamentario” contra el hoy preso expresidente Pedro Castillo.

“El no haber estado [en la Mesa Directiva] el primer y el segundo año también creó las condiciones para el golpe militar parlamentario. Si Perú Libre hubiera estado ahí, estoy seguro de que otra hubiera sido la historia”, argumentó. Sin vergüenza alguna, Cerrón utilizó las instalaciones del Parlamento para atacar a la institución misma por haber tenido los reflejos y el sentido de la oportunidad necesarios para tramitar, aprobar y declarar el 7 de diciembre la vacancia de quien había puesto en marcha un operativo para subvertir el orden constitucional. Cabe recalcar, respecto a esto último, que seis parlamentarios de su propia bancada –incluidos Waldemar Cerrón y Américo Gonza– votaron a favor de destituirlo.

Pero el tema no se agota allí. El secretario general de Perú Libre también calificó las investigaciones del Ministerio Público que tienen como objetivo a la agrupación como una “persecución” y aseguró que las prisiones preventivas dictadas en octubre del 2021 contra los dirigentes Arturo Cárdenas ‘Pinturita’, Waldys Vilcapoma y Eduardo Reyes por el caso de ‘Los Dinámicos del Centro’ fueron un intento por “desestructurar la cabeza dirigente del partido”. “Hoy quiero decirle al pueblo peruano que es la fiscalía la madre de ‘Los Dinámicos del Centro’ y no el partido”, remató.

Expertos consultados por este Diario han recordado que podríamos estar ante una transgresión al Código de Ética Parlamentaria que estipula que los representantes nacionales deben “restringir el uso de los bienes y servicios del Congreso para que solamente sirvan a la función parlamentaria”. Y que, precisamente, para llevar a cabo actividades proselitistas, los partidos cuentan con sus propios locales. Aunque también, como apunta el especialista en temas parlamentarios Martín Cabrera, “hay muchas lagunas y vacíos” a este respecto. Lo que correspondería, entonces, es que el Congreso realice los cambios que hacen falta para evitar que en un futuro los ambientes del Palacio Legislativo se utilicen para actividades partidarias o, peor aún, para discursos que no solo niegan la realidad mañosamente, sino que buscan deslegitimar a las instituciones nacionales, incluyendo al propio Parlamento.


Editorial de El Comercio

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