Nunca se había visto una guerra tan cruel como la que actualmente se libra en Europa. En Viena reina el pánico ante la aproximación de las tropas rusas y se ponen a salvo archivos y tesoros artísticos. Los combates en Amberes no han causado daño a las fortificaciones. Alemania afronta un gran problema pues miles de sus oficiales han sido muertos o heridos, sobre todo en la batalla de Verdun, a tal punto que las compañías del ejército han quedado bajo el mando de los sargentos. Dos de los hijos del káiser están heridos. Es el infierno.