Una característica de la actual guerra europea es la terrible eficacia de la artillería alemana. En los campos de batalla en Bélgica y en Francia, la artillería alemana marchó a la cabeza de sus tropas arrasando a las fuerzas de los Aliados, en diversas ocasiones. Los alemanes han sido los primeros en colocar su artillería al frente del ejército, de modo que pudiera entrar en acción inmediatamente para destruir con sus proyectiles a las tropas enemigas hasta quebrantar su moral, preparando así, de un modo efectivo, el éxito del ataque de su infantería en columnas cerradas.