1914
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Redacción EC

Queremos insistir que guardar un sol en las actuales circunstancias, cuando se puede pagar en plata los sueldos, los jornales y los consumos ordinarios es un acto indigno de un espíritu elevado, capaz de interesarse por el bien público, por la felicidad del país y por la suerte de los que menos tienen, que son los que más sufren.  Los soles de plata no pueden tener función más lucrativa para sus dueños que la de moneda. Aquí valen por ley 24 peniques y en el extranjero solo podrían venderse a 17. ¿Qué piensan los que ocultan soles?