Durante la revolución de 1895 se desató en Lima, el 17 de marzo, una sangrienta batalla entre los montoneros pierolistas y el ejército cacerista. Estos últimos cañonearon una de las torres de la iglesia de San Agustín, y a consecuencia de ello esa parte del templo quedó destruida. Acabamos de informarnos que dos comerciantes de antigüedades, Guillermo Rosenthal y Luis Rothenberg, adquirieron de un modo que no nos explicamos la antigua e histórica campana que estaba en dicha torre y la trasladaron hasta San Francisco, en California, donde la han puesto en venta. La reliquia pesa 500 libras, es de bronce con inscripciones en oro y tiene 325 años de antigüedad. Nos siguen depredando.