La intervención de Italia en el gran conflicto europeo ha tenido una larga gestación, pero esta toca a su fin. El rey de Italia ha firmado un decreto otorgando poderes extraordinarios al gobierno mientras dure la contienda. Después de leerse la proclama del rey llamando a los italianos a unirse para apoyar al Ejército y a la bandera, el pueblo organizó una gran manifestación para demostrar su lealtad al monarca. Los reyes se presentaron en un balcón del Quirinal, redoblándose las aclamaciones. El Papa expresó su profundo sentimiento por la declaración de la guerra y permanecerá absolutamente neutral, dejando entera libertad a los italianos para seguir los dictados de su conciencia. Austria moviliza sus fuerzas.