Entre las medidas que se utilizan en diversos países contra los estragos individuales del alcohol, están los asilos para bebedores. En ellos se aísla con fines terapéuticos a los ebrios consuetudinarios. En Lima no existe todavía un establecimiento de esta naturaleza donde los bebedores que desean curarse de su adicción puedan recibir ayuda. La policía en cuyas manos caen diariamente ebrios víctimas del “delirium tremens”, necesitaría contar con un asilo para este tipo de enfermos. Señalar un vacío y demostrar la conveniencia de llenarlo es labor inherente al periodismo responsable.
H.L.M.