La prematura muerte de Luis Duncker Lavalle es una verdadera pérdida para el arte nacional. Era un eximio músico, de familia de artistas. Había estudiado en los mejores conservatorios de Europa y era intérprete exquisito de los clásicos alemanes. Su obra ha quedado trunca. Alma profundamente sensitiva quedó herida al perder para siempre al amor de su vida. Solo y triste viajó a Estados Unidos para ver la publicación de sus composiciones. Volvió al Perú, a Arequipa, su tierra, donde paseó la majestad de su tristeza y la alta dignidad de su dolor. Allí murió.
H.L.M.