Hoy, a las 6:00 de la mañana, hora de Roma, falleció el Papa Benedicto XV. Su labor ha sido inmensamente fecunda en medio de las dificultades y amarguras que le creaba una guerra que ha sido el exponente mayor de la injusticia y de la división de las naciones. Sabido es que hasta sus deseos y oraciones por la paz se recibieron con recelo y protestas de algunas de las naciones en lucha. Deja al catolicismo mucho mejor que antes de la guerra y la autoridad moral del Pontífice más venerada que nunca.
H.L.M.