Esta frase, en principio elogiosa en la letra del vals “Limeña” de Augusto Polo Campos, se documenta hoy en el habla familiar peruana con el sentido irónico de ‘lisuriento’, es decir, persona que tiene por hábito decir lisuras (palabras soeces). En el libro Humaladas (Lima 2006) de Pedro Salinas se lee sobre un artículo de Fernando Vivas: “… luego de describir la hirsuta personalidad del vocero upepista [Daniel Abugattas], exhorta a los colegas […] a ignorar al boquita de caramelo”.