Este obvio derivado del sustantivo corriente, a su vez del verbo correr, es según la última edición del Diccionario académico (2014) un americanismo, documentado en el Perú, que significa “corriente impetuosa de agua desbordada”. En La tumba del relámpago de Manuel Scorza se lee este impresionante fragmento: “La correntada se llevaba todo: miró el río negro de corderos blancos, de cabritos, de vacas, de toros…” (Barcelona 1988, pp. 241-242).