En el Perú se llama todavía futre al endomingado. El término se emplea con sentidos análogos en otros países americanos. Viene del francés foutre, verbo (del latín fuetere ‘tener trato carnal con una mujer’) usado a partir del siglo XVIII como interjección obscena. Los chilenos ricos que a fines del siglo XIX acostumbraban pasar largas temporadas en París, se aficionaron a esta interjección y la siguieron usando a su retorno. Como el pueblo no la entendía, la usó como apodo para quienes la pronunciaban. La voz luego pasó a otros países americanos, incluido el Perú.