El de Ollanta Humala y Nadine Heredia se perfila –a un año de su fin– como el peor gobierno de las últimas décadas, solo superado por el primero de Alan García. Así lo percibe gran parte de la población en esas malhadadas encuestas que tanto disgustan a Humala y al primer ministro Pedro Cateriano.
En la última de Datum, la calificación al gobierno de la pareja es de 09 sobre 20. Y en la lucha contra la inseguridad y la corrupción, la nota es 07. (“Perú 21” y “Gestión”, 10/7/15).
En España, el presidente ha explicado a sus anfitriones el motivo de sus desgracias: la “prensa concentrada” –se refiere así al grupo El Comercio– ha creado una mala imagen de su gobierno y debido a ello su popularidad se ha derrumbado. Peor aún, se ensañan con su inocente esposa.
Su argumento, como sucede con frecuencia, hace agua por todas partes.
El punto de partida es falso y eso es fácilmente demostrable. No es que algunos medios expongan los errores y corruptelas del gobierno. Son todos los medios, con la excepción de algunos que precisamente viven del gobierno.
Por ejemplo, el lunes pasado el semanario “Velaverde” publicó la factura pagada al contado por Rocío Calderón, la amiguísima de Nadine Heredia y empleada de Palacio de Gobierno, por nueve mil dólares por un viaje de la primera dama y acompañantes a México entre el 2 y el 7 de agosto del 2013. Heredia se alojó en una suite de 118 metros cuadrados en el hotel Grand Velas, en la Riviera Maya. La publicación constató con los registros de migraciones que Heredia viajó exactamente en esas fechas a México.
Heredia puede ir a donde quiera y comprar lo que le guste. Pero por ser una de las dos personas más poderosas del país tiene la obligación de justificar sus gastos, cosa que no ha podido hacer hasta ahora. El que su íntima amiga sea la titular de las tarjetas de crédito o pague las facturas no la exime de las dudas. Al contrario, las acrecienta, dado que Calderón se allanó para recibir en su cuenta dinero venezolano todavía no explicado y es novia de Marcos de Moura Wanderley, sospechoso según documentos descubiertos en Brasil de estar involucrado en el pago de sobornos en el Perú.
Así como “Velaverde”, todos los medios independientes han publicado informaciones y reportajes sobre los dudosos manejos de Heredia y su parentela, desde “Panorama” de Panamericana TV, hasta “La República”, pasando por el diario “Exitosa” y varios otros.
César Hildebrandt, un adversario implacable del grupo El Comercio, ha respondido a las críticas de Humala a los medios. Se pregunta: “¿Se dan cuenta de que Humala en Madrid ha reducido todo el problema político del Perú a lo que la prensa dice de su esposa?”. Y concluye: “Aquí la única persona que ha puesto entre paréntesis la legitimidad del régimen con la tenacidad de su vocación usurpadora es la señora Heredia. Que su marido diga en Madrid que los periodistas están inestabilizando a un régimen herido por la creación subrepticia de un poder paralelo que a nadie rinde cuentas, sería cómico, sino fuera, en el fondo, patético” (“Hildebrandt en sus trece”, 10/7/15).
Juan Carlos Tafur precisa: “El gobierno de Ollanta Humala no solo es el peor económicamente hablando desde el primer gobierno de Alan García, sino que se asoma a ser el mayor fiasco político desde el retorno pleno a la democracia, aún peor que Toledo” (“Humala: mediocre hasta el final”, “Exitosa”, 11/7/15).
En otro plano, los desmesurados e injuriosos ataques del presidente de la República a la comisión del Congreso que investiga a Martín Belaunde y Nadine Heredia, entre otros, presidida por la respetable y ponderada Marisol Pérez Tello, comparándolos con la banda de asesinos que capitaneó Abimael Guzmán, muestra no solo la desesperación de Humala por las investigaciones, sino su falta de convicción democrática.
En suma a su pésima gestión, la pareja presidencial está sumando una torpeza política inigualable. Con una bajísima aprobación, en medio de un descontento popular creciente, prácticamente sin aliados, suben el tono de las diatribas contra los periodistas y los políticos opositores.
Están haciendo todos los esfuerzos posibles para ganar el deshonroso galardón del peor gobierno en mucho tiempo.