¿Quién produce, quién recibe?, por Richard Webb
¿Quién produce, quién recibe?, por Richard Webb
Richard Webb

El ha publicado un conjunto de mediciones que aporta nuevas luces sobre las dimensiones de la economía peruana. El avance más publicitado ha sido la actualización metodológica para reflejar el cambio en la estructura de la producción, especialmente la expansión de la minería. Hoy, la minería tiene mayor impacto sobre la economía nacional que hace veinte años. Tales actualizaciones son práctica normal para los INEI del mundo.
Lo más novedoso en las nuevas cifras es la personalización. Las estadísticas no se limitan ya a medir los grandes totales, ahora nos revelan cuánto de cada cifra corresponde a cada uno de cuatro principales personajes de la economía: trabajador, empresa formal, gobierno y entidades sin fines de lucro. Hoy, el nos dice cuánto produce cada personaje, quién recibe el fruto de esa producción, quién financia la necesaria inversión y quién cubre los impuestos. 
El gran motor de la producción, por ejemplo, es la empresa formalmente constituida. Sus fundos agrícolas, minas, fábricas, bancos, empresas de electricidad, transporte, constructoras, cadenas de tiendas y hoteles, clínicas, estudios jurídicos y una variedad de otras sociedades productivas son responsables del 62% del . Toda esa producción se logra con una fuerza de trabajo formal que representa solo un quinto del empleo total. Pero esta primera impresión de altísima productividad laboral se matiza con otra estadística sorprendente del INEI, que revela que, por cada trabajador formalmente contratado, las empresas formales emplean un segundo trabajador en condiciones informales. Los otros dos motores de la producción son las empresas informales, que producen 30% del PBI, y el gobierno, que produce servicios que representan el 8% del PBI. 
¿A manos de quién parará el resultado económico de la producción? Evidentemente, la empresa formal empieza con la tajada gorda, pero es a la vez el sector que paga los impuestos, que son el 26% del resultado, y además debe pagar a sus trabajadores, quienes reciben 29%. La ganancia final para los dueños de las empresas formales equivale a 45% de su contribución productiva, equivalente al 28% del PBI. 
Los ingresos del trabajador peruano provienen de remuneraciones y del producto generado a través de sus propias empresas informales y que representa más de la mitad del total. Los economistas, quienes debaten con frecuencia el reparto del ingreso nacional entre trabajadores y dueños del capital, interpretaron las cifras anteriores del INEI concluyendo que apenas un quinto del ingreso era pagado a los primeros, quedando cuatro quintos para los dueños del capital. Las nuevas cifras del INEI también dan luces sobre ese tema y nos permiten concluir que, si consideramos que una alta proporción de los trabajadores en el Perú son dueños de instrumentos de producción y de pequeñas empresas, la suma de sus remuneraciones puras y de sus pequeñas utilidades representa dos tercios del ingreso nacional neto de impuestos, proporción muy similar a la de otros países a través de la historia. 
Finalmente, otro dato interesante del INEI es que tanto la empresa formal como la informal destinan aproximadamente un tercio de sus ganancias netas respectivas a la inversión.