La semana pasada, los medios informaron que la epidemia de COVID-19 en el Perú ha seguido empeorando hasta convertirnos en el líder mundial de fallecidos per cápita por esta enfermedad. Eso, sin tomar en cuenta las miles de muertes que no han podido ser formalmente atribuidas a este mal (las estadísticas sugieren que nuestro país también es uno de los líderes mundiales en el subreporte de casos).
Con lo mal que se han venido haciendo las cosas, yo, al menos, no espero que ninguna medida tomada por el Gobierno vaya a mejorar sustantivamente la situación. Basta escuchar al ministro de Defensa hacer declaraciones sobre si conviene o no levantar la cuarentena dominical (¿por qué tendría él voz en esa decisión?) para darse cuenta de que, si algo han aprendido en el Ejecutivo, es muy poco. Ni siquiera después de cinco meses de errores, miles de muertos y una de las peores recesiones de nuestra historia.
Por estas razones, mi esperanza está puesta en la ciencia. Yo creo que solo regresaremos a una normalidad parecida a la que vivíamos en el 2019 cuando se halle una vacuna contra el COVID-19 y un número suficientemente alto de los peruanos que la requieren la hayan recibido (aún no sabemos si será necesario que nos inoculemos todos). Por ello, es importante conocer cuál es el estado actual de estos proyectos.
De acuerdo con un artículo recientemente publicado por la consultora McKinsey & Company (“On pins and needles: Will COVID-19 vaccines ‘save the world’?”), en este momento se están desarrollando, en todo el mundo, más de 250 proyectos de vacuna. De estos, al menos 30 se encuentran ya en la fase de estudios clínicos y alrededor de 25 más los iniciarán en lo que resta del año.
Según McKinsey, los resultados preliminares en cuanto a seguridad e inmunogenicidad de varias de las candidatas que vienen siendo probadas son prometedores. Sin embargo, antes de que se apruebe su uso masivo, estas tienen que ser sometidas a pruebas científicas con un alto número de participantes. Algunas ya se encuentran en esta fase, por lo que es razonable esperar que las primeras empiecen a ser administradas a la población hacia el último trimestre de este año o durante el primero del 2021.
De acuerdo con cálculos de la consultora, aplicando las tasas históricas de éxito a aquellos proyectos que han iniciado o iniciarán estudios clínicos este año, es razonable esperar que durante los siguientes dos años entre siete y nueve vacunas habrán sido aprobadas. Y según lo que han anunciado las empresas en capacidad de fabricarlas, se estima que se podrían producir alrededor de mil millones de dosis en el 2020 y nueve mil millones más en el 2021. Eso debería alcanzar para vacunar a todos los habitantes del planeta al menos una vez –aunque bien podría ocurrir que se necesite más de una dosis por individuo, o que haya que volver a vacunarse cada cierto tiempo–.
Conociendo esta información, me parece razonable prever al menos un año más de medidas de distanciamiento social en el Perú. Menos, si tenemos suerte. Mientras tanto, lo único que nos queda es seguir aguantando y esperar que la ciencia venga a salvarnos lo más pronto posible.