Fuerza Popular ofreció una conferencia en el Congreso. (Foto: Hugo Pérez/GEC. Video: Canal N)
Fuerza Popular ofreció una conferencia en el Congreso. (Foto: Hugo Pérez/GEC. Video: Canal N)
Fernando Vivas

En lugar de rumiar sus desventuras y quejarse de la ira de los antis; ¡agradezcan que ya no son mayoría absoluta! 73 no fue una fortuna, fue una maldición. Con 55 se han quitado un peso de encima.

Keiko se había preparado para ser presidenta. Asumo que había previsto contar con algunos cuadros técnicos de primera y que contaba con una estrategia para contener el apetito de sus partidarios. Probablemente, se le iban a desbordar y causar estragos; pero apuesto a que Keiko y su cúpula tenían esa contingencia en el radar.

Pero no previó que sería mayoría absoluta en el y la tentación del obstruccionismo se la tragaría, impidiéndole construir una agenda legislativa y atenerse a ella. Ni siquiera fue capaz de comunicar sus prioridades legislativas y ordenar su mayoría de forma tal que, cuando el Ejecutivo le pidió facultades delegadas, respondió que colaboraría de acuerdo a un método práctico pero distinto a la delegación. Esa atingencia seguro caía antipática, pero hubiera sido mucho más tolerable que la barbaridad de censurar a Jaime Saavedra. Desde allí, todo fue cuesta abajo.

Lo mejor que pueden hacer ahora es replegarse y abrir el juego. Que otras bancadas asuman los pasivos de un Congreso que pesa demasiado. ¿Acaso no se daban cuenta de que la forma en que asumen la mayoría no solo les granjea críticas por lo que hacen sus partidarios sino por los excesos ajenos? El carbón de los apristas, las provocaciones de Yonhy Lescano, las payasadas de Edwin Donayre, todo les ha pasado factura.

No se resista, entonces, vocero Carlos Tubino, a que otras bancadas asuman el poder que ustedes no han sabido administrar. Lo que les pasa no es una hemorragia que hay que parar. Podría ser una sangría curativa. Asuman su aún holgada primera minoría y hagan lo que no han hecho en dos años y medio: presentar a la nación una agenda reformista, su Plan Perú ajustado. Por una vez, no se amontonen en conferencia de prensa para amenazar, interpelar, censurar o replicar, sino para proponer.

Que por esta vez la necedad no gane por mayoría simple en Fuerza Popular y se pongan a guerrear contra lo inexorable. El Congreso no puede estar tan desfasado, en su correlación de fuerzas, respecto a las simpatías y actitudes predominantes en la calle. Cambió un gobierno y no cambió el Congreso. La libertad para hacer nuevas bancadas –aunque entraña un peligro contra los partidos que habrá que ajustar reglamentariamente más adelante– es el mecanismo menos sangriento para hacer ese indispensable ajuste al Congreso sin hacer cuestión de confianza ni disolverlo.