En la nueva normalidad pos-COVID-19 muchas cosas cambiarán, incluyendo la importancia que vuelve a cobrar el hogar en la vida de las personas. Veamos.
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Hasta hace algunos años era mucho más común que el hogar sirviera a la vez de lugar de trabajo. También lo natural era que la gente comiera allí, incluyendo el almuerzo, pues colegios y empresas tenían “horario partido”, que permitía ir a casa y eventualmente hasta hacer la siesta. ¿El cumpleaños de un familiar? Se celebraba con fiesta interna. Si alguien se enfermaba, se trataba en casa, y hasta los nacimientos, unos cuantos años antes, se daban en el lugar familiar.
Pero casi sin darnos cuenta la vida de hogar fue perdiendo relevancia. El taller empezó a separarse de la casa, el horario corrido hizo que la gente comiera en el “menú” o llevara lonchera, y la distancia hizo incluso que ni siquiera se desayune allí. Y si se cenaba, la comida ya no era preparada en la cocina, pues hasta la persona encargada de la administración interna, la mamá conservadora, empezó a declinar fuertemente. ¿El cumpleaños del hijo? En el restaurante de moda. La función principal de la casa casi se redujo a pernoctar.
Y entonces llegó la pandemia del 2020, con cuarentena de muchos meses incluida. Y el movimiento hacia la calle se puso en reversa.
De un momento a otro la gente se vio recluida el espacio hogareño que se había hecho cada vez más pequeño, y empezó a apreciar mejor su importancia. Vio cuanto servía tener una sala para conversar, y un espacio para hacer algo de ejercicio. Vio también cuánto valían una correcta orientación al sol y una buena vista. Y los que solo por razones estéticas tenían departamento con balcón se dieron cuenta de su inmensa suerte. Por cierto, ese comportamiento se dio en casi todos los grupos sociales, por la necesidad de hacer teletrabajo en los formalistas, personas con empleo de oficina, o de producir desde casa tortas, mascarillas o cualquier producto comercializable, en los progresistas, de ingreso independiente.
Y si bien la pandemia pasará, quedará mucho de lo aprendido sobre la importancia del hogar en la vida familiar, abriendo oportunidades para todas las empresas que se adapten a ello. Oportunidades en teletrabajo, delivery de comida, catering, ropa para interiores, muebles adaptados, enseñanza virtual, servicios a domicilio y tantos otros sectores que el lector imaginará, crecerán fuertemente.
Sin olvidar por cierto la tremenda revolución que eso implicará en el sector inmobiliario, donde nuestros estudios muestran tendencias de cambio muy profundas. Tendencias donde, como dicen los ‘croupiers’ de las salas de juego, siempre la casa gana. Que tengan una gran semana.