Flota como mariposa, pica como abeja, por Rolando Arellano
Flota como mariposa, pica como abeja, por Rolando Arellano
Rolando Arellano C.

El puesto 67 del Perú en el Índice de Competitividad 2016 del Foro Económico Mundial nos ha preocupado, pues muestra deficiencias que impiden desarrollarnos más. Pero conviene que ese dato no nos impida ver que, al igual que en el box, el desarrollo también pasa por aspectos que van más allá de la competencia tradicional.

Los creadores de la administración moderna, como Peter Drucker, decían que la principal preocupación de los gerentes debería ser la satisfacción de sus clientes. Si el mercado estaba bien atendido, el éxito de la empresa estaba asegurado, afirmaban. Años después, estudiosos como Michael Porter pusieron el énfasis en los competidores, pues para ello lo fundamental era actuar mejor que estos tanto en la satisfacción del mercado como en costos, producción y otros aspectos. 

Esas dos posiciones, lejos de oponerse, se complementan. Así, en un mercado completamente atendido, como el de muchos sectores de países desarrollados, cualquier crecimiento de una empresa, o de un país, le quitará ganancias a algún competidor. Por tanto la capacidad de competir califica la calidad de la gerencia. 

Pero, por otro lado, es evidente que el mercado atendido no es siempre todo el mercado posible, como sucede en América Latina y en especial en el Perú, donde la banca, los supermercados, Internet, los automóviles, los seguros, los cines y la mayoría de sectores modernos llegan a menos de la mitad de la población. Aquí, mientras las empresas compiten fuertemente en el mercado ya atendido, hay millones de usuarios potenciales entre las grandes mayorías esperando que alguien llegue para crecer con ellos. Esperando en lo que el estratega W. Chan Kim llama el “océano azul”, en lugar de desgastarse peleando en el mercado del “océano rojo”, en el que todos compiten.  

Sin ser aficionado, al escribir este artículo pensé en dos boxeadores. Uno, Mike Tyson, que como la mayoría de pesos pesados ganaba por su capacidad de pegar fuerte al oponente y a la vez de aguantar muchos golpes. El otro, el recientemente fallecido Cassius Clay, que desconcertaba a sus adversarios pues “flotaba como una mariposa” esquivándolos, y luego los acababa “picando como abeja”. Para él, más importante que la fuerza, base de la competitividad boxística de la época, era la capacidad de actuar diferente y en territorios donde nadie lo esperaba.

En fin, conviene ver las cifras de la competitividad peruana como un dato preocupante de nuestro potencial en el mundo. Pero sin olvidar que aquí dentro, en los mercados no atendidos, tenemos también muchas posibilidades de crecimiento sin que la competencia reaccione. Porque como decía Clay, “tus manos no le pueden pegar a lo que tus ojos no ven”.