Kuczynski negó concesiones a docentes y definió como su mayor éxito “haber mantenido la calma en el Perú”. También reiteró que evalúa el indulto a Alberto Fujimori. (Foto: El Comercio)
Kuczynski negó concesiones a docentes y definió como su mayor éxito “haber mantenido la calma en el Perú”. También reiteró que evalúa el indulto a Alberto Fujimori. (Foto: El Comercio)
Pedro Tenorio

A propósito del posible indulto humanitario para del que tanto se habla en estos días, existen varios aspectos a considerar para saber si se trata de un paso que, además de favorecer al sentenciado ex mandatario, significará algún activo a favor de . Digo esto porque, desde la perspectiva del Gobierno, de eso también se trata este puntilloso asunto: de cómo Fujimori y PPK resultan beneficiados políticamente. Veamos:

El Gabinete Aráoz limpió el terreno de funcionarios y ministros que pudieran oponerse. Aunque el titular de Justicia asegure hoy que aquí no hay “pato” encerrado, las movidas en su sector “tienen pico de pato, caminan como pato y dicen cua cua”. Es más, voceros con fajín como adelantan opinión favorable como para ir midiendo la temperatura en los medios. Incluso el propio jefe de Estado está tan a favor de otorgarlo que parece impacientarse ante la prensa, pudiendo perfectamente no responder sobre ello al no existir una solicitud formal en ese sentido. Todo está listo aunque el momento aún no está definido.

(FP) no ha manifestado oposición al indulto, ni siquiera de manera “interna” como en el Ejecutivo temían. El tema ha descolocado a los seguidores de , quienes con ímpetu le devuelven la pelota a PPK (“Que no hable tanto. Si quiere darlo, que lo otorgue”, repiten, sin la convicción de Kenji, Alejandro Aguinaga o Lucha Cuculiza, albertistas de fuste). En algún momento el Gobierno sopesó que no habría indulto si FP se oponía. Al no haber respuesta naranja el plan continúa.

Es evidente que la posibilidad de un indulto genera escozor en el fujimorismo. No pasaron desapercibidas las declaraciones de Cecilia Chacón en este Diario, donde señaló que FP “no es el partido de Alberto Fujimori”. Formalmente tiene razón (Alberto nunca se inscribió en el partido de Keiko), pero políticamente denotaron ingratitud y son aprovechadas por el ala albertista. El tema complicará y mantendrá distraído al fujimorismo en los meses siguientes de un eventual indulto.

Finalmente, el Gobierno deberá implementar una campaña que justifique la medida, pues si bien recibe apoyo de poco más del 60% de peruanos –según Ipsos Perú– también alimentará las voces de quienes denuncien componendas entre PPK y el fujimorismo. El indulto humanitario tendrá un alto costo político entre quienes apoyaron decisivamente a Kuczynski en las elecciones. Sin embargo, la única incertidumbre es si será pasajero o marcará negativamente al Ejecutivo. No se confunda: nadie obliga a PPK. Es él quien quiere indultar al ex presidente cuyo “legado” aplaudió públicamente en la segunda vuelta del 2011, cuando pidió votar por Keiko. Se sienten pasos.