Maternidad forzada, por Patricia del Río
Maternidad forzada, por Patricia del Río
Patricia del Río

El día de ayer el Frente Amplio presentó el proyecto de ley 387-2016, que propone despenalizar el aborto en casos de violación. Esta iniciativa, que cuenta con el respaldo de congresistas de diversas bancadas, enfrenta también a los que por razones de principios, morales o religiosos, se oponen tajantemente a siquiera considerar el asunto. Y la historia que se viene por delante nos la sabemos de memoria: veremos a representantes de uno y otro bando armar debates interminables en diversos medios de comunicación. Las redes sociales se llenarán de fotos de chicas semidesnudas portando carteles sobre su derecho a decidir y de videos desagradables en los que aparecen niños descuartizados en el útero materno. Se armará una especie de show, en el que miles de mujeres y hombres, enarbolando argumentos médicos, religiosos, morales, biológicos o ilógicos intentarán demostrar que tienen la razón sobre un tema que, valgan verdades, la mayoría de los que discuten no conocen ni de cerca.

Porque resulta que mientras los diarios se llenan de columnas como esta, y en el Twitter aparecen los comando provida persiguiendo a los proaborto (y viceversa), en el mundo real, en ese que no tiene tiempo ni recursos para andar discutiendo en 140 caracteres, existen miles de niñas que cargan, alimentan y crían a bebes nacidos producto de la violencia. Y si no lo creen, atendamos las cifras presentadas por el Ministerio de la Mujer: cada día nacen en el Perú cuatro niños de madres menores de 15 años. Del 100% de estos casos, se calcula que el 60% se dio producto de una violación dentro del propio hogar. Para respaldar esta espantosa realidad están las cifras de violación sexual: en el 70% de las violaciones, la víctima es una niña o adolescente a la que nadie va a ayudar con ese bebe que cargará sola. 

El ocultamiento, la falta de apoyo y la dejadez de la sociedad están convirtiendo a las niñas en mujeres sin futuro atadas a una vida que no eligieron tener: el 85% de las madres adolescentes no asiste a ningún centro educativo y no terminará la escuela. Eso la condenará a una vida de pobreza que le heredará a ese niño que tampoco pidió nacer en condiciones tan injustas y desfavorables. ¿Qué hacemos, entonces? ¿Seguimos sacándonos los ojos en redes sociales mientras el abuso, la trata y la discriminación afecta a la población más vulnerable del Perú? 

El proyecto de ley presentado por  el Frente Amplio no debiera ser una oportunidad más para que caviares y DBA nos saquemos el ancho. Debiera ser el punto de partida para plantear soluciones que tengan como protagonistas a las niñas y adolescentes de nuestro país. Esas niñas de 12 años que mientras nosotros discutimos se levantan a las 4 a.m. para cambiar el pañal, darle de lactar y atender muertas de sueño a un hijo que nunca eligieron tener.