Hay tecnologías, como el test de Papanicolaou, que han hecho bien a la sociedad más allá de sus aspectos puramente técnicos. Hoy, esa experiencia puede servirnos como ejemplo para las decisiones políticas que se aproximan. Veamos.
Como sabemos, el cáncer uterino, una de las mayores causas de mortalidad femenina, disminuyó mucho cuando el Dr. Georgios Papanikolaou inventó la forma de detectarlo a tiempo. Siendo fundamental la prueba biológica; sin embargo, el cambio más importante se dio cuando la responsabilidad pasó del médico a la paciente. “¡Es tu obligación ir con la periodicidad debida a hacerte el test de Papanicolaou!”, decían los médicos, dejando implícito que, “¡si no quieres enfermarte y dejar a tus hijos en la orfandad, asume tu responsabilidad y cuídate!”.
De allí, la “responsabilización” de la persona pasó a casos como el examen de próstata y el autopalpado de mama. En este último, lo importante fue enseñarles a las mujeres cómo autoexaminarse para detectar tempranamente síntomas extraños que luego comunicasen a un médico. Y gracias al aporte del médico griego, la mortalidad retrocedió mucho en otras dolencias.
Hoy, una vez más, los peruanos nos quejamos de las autoridades y hablamos mal, o pésimo, de los congresistas que no entienden que sin mina no hay plata para vacunas, y que la calidad de la educación de nuestros jóvenes es más importante que sus pequeños intereses económicos. Pero los criticamos como si ellos fueran los únicos culpables y nosotros no tuviéramos responsabilidad alguna. Reaccionamos casi como el fumador intenso que culpa a la enfermedad por sus problemas de salud, pues, al quejarnos, no reconocemos que ese alcalde corrupto, ese ministro inepto o ese congresista venal están allí porque nosotros no hicimos los test adecuados a la hora de la elección. Porque los elegimos sin verificar si estaban sanos.
Hoy, quedan pocos meses para volver a escoger autoridades y tenemos dos opciones: repetir ese comportamiento descuidado que dejará a nuestros hijos huérfanos del bienestar que merecen o empezar a prepararnos para elegir mejor. Prepararnos para buscar en cada candidato que se presente esos bultos en su pasado o esos signos extraños que presagien algo malo. Y no elegirlos.
Y sería bueno que en lugar de solo sumarse a la crítica, los expertos comiencen a desarrollar, como Georgios Papanikolaou, un test sencillo y seguro que ayude a los ciudadanos a evitar cinco años más de enfermedad política. Porque si la medicina demostró que los principales responsables de nuestra salud física somos nosotros mismos, ello es todavía más válido para nuestra salud social. Estamos avisados. Que tengan una gran semana.